Verdades y rumores
Como ya le habíamos adelantado en misivas anteriores, en la grilla electoral que sigue “in crescendo” en estas tierras frente a la cercanía de los comicios, no se descarta el cambio de chaquetas de algunos suspirantes y militantes, ya que, como opera este sistema capitalista que se ha afianzado también en la política, todo es una cuestión de oferta y demanda. Por ejemplo, mientras a unos les sobra el dinero (público, obviamente), a otros les falta, por lo que es muy seguro que los segundos estén dispuestos a vender su voto a los primeros. Otro ejemplo, que es el que ahora nos concierne, es el de los partidos que carecen de perfiles qué postular para los distintos cargos, y aquellos a los que les “sobran” porque son muchos los que aspiran a conseguir un mismo hueso. Ese parece ser el caso del expanista Ignacio Corona, quien hace unas semanas inició los trámites para registrarse como candidato independiente a la alcaldía de Torreón.
Resulta que, según los subagentes disfrazados de matracas rojas, don Nacho viajó el fin de semana pasado a la Capital del Cabrito, en Nuevo León, para dialogar con la presidente del partido del Peje, Yeidckol Polevnsky, sobre la posibilidad de que el también exregidor se presente a la elección local enarbolando la bandera de Morena. De concretarse este cambio de chaqueta, sería de las raras veces en Coahuila que se dé una mutación de un panista a morenista, algo que para muchos es inconcebible puesto que el PAN representa los intereses de la derecha y Morena los de la izquierda. Algo así como intentar mezclar agua y aceite. En fin, eso de los principios partidistas parece ser lo menos importante en estos tiempos.
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Cuentan que hay preocupación en el equipo cercano del alcalde de Torreón Jorge Zermeño respecto a lo que ha venido ocurriendo en los últimos días en materia de seguridad pública en la capital de La Laguna. Y es que, como seguramente ya lo habrá notado usted, agudo lector, en lo que va del año se ha registrado una “extraña” ola de crímenes con sello del hampa, o al menos eso parece. En la estadística, lo que se observa es que prácticamente ha ocurrido un homicidio doloso al día, algo que ya tenía tiempo que no ocurría. Los subagentes disfrazados de tazas de café dicen que la preocupación del “estado mayor” de don Jorge es doble: primero, por los hechos violentos, que por sí mismos llaman la atención y generan zozobra; y dos, por la percepción que pudiera generarse de que con el cambio de gobierno y de color se está dando un repunte de la violencia. Sin embargo, los más avezados observadores de la cosa pública aseguran que el repunte no es reciente, ya que desde la segunda mitad del año pasado han ocurrido hechos parecidos que preocupan al respetable. Pero los amantes del “sospechosismo”, que nunca faltan, sin bien reconocen el fenómeno anterior, cuchichean entre sí que es evidente que en el arranque de 2018 se han concentrado los crímenes con sello del hampa y que esto puede ser visto como la intención de “alguien” de poner color de hormiga la ciudad. Otro dato que salta es que este repunte sólo parece darse en Torreón y no en el resto de la entidad o el resto de la comarca, cosa que pone a pensar más a los “sospechosistas”. Lo cierto es que todo esto ocurre mientras en la Urbe de Adobe el gober Miguel Riquelme sigue sin nombrar a su secretario de Seguridad Pública, tras mes y medio de administración, como si el tema no fuera lo suficientemente delicado como para ponerle celeridad al asunto. Y en Torreón, el secretario del Ayuntamiento, Sergio Lara, ya dijo que no será el jefe de la Policía Municipal Francisco García, quien dé la información concerniente a la seguridad local, sino un vocero que aún no se nombra. En fin, ojalá que tanto Zermeño como Riquelme hagan valer su discurso de buena voluntad y colaboración que pregonaron la semana pasada y se coordinen cuanto antes para prevenir estos hechos y, en caso de que sucedan, se investiguen como es debido.
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La que parece que de un tiempo para acá se ha metido en aprietos es la alcaldesa de Lerdo, la priista María Luisa González Achem. Luego de haber pasado su primer año completo de administración sin muchos sobresaltos, salvo la bronca de las elecciones en las villas, ahora se le ha comenzado a hacer bolas el engrudo con dos temas. El primero de ellos, que es responsabilidad exclusiva de su ayuntamiento, tiene que ver con las obras de remodelación de banquetas que llevan a cabo en algunas vías del centro de la ciudad. Y es que luego de haber tenido que modificar el proyecto de un paseo peatonal ante la oposición de varios vecinos (algunos identificados con el PAN), ahora enfrenta duras críticas por la calidad de los trabajos de las nuevas aceras. Y no es para menos. Uno de los “detalles” señalados está relacionado con las líneas guía para personas ciegas que se estilan ya en todas las ciudades incluyentes del primer mundo. Pero como acá no es el primer mundo, quienes diseñaron esa moderna banqueta no se percataron que en algunos casos las líneas conducen directamente a un poste. Es decir, si una persona con bastón camina por ahí, muy seguramente terminará con un fuerte golpe en la cabeza, cuando menos. Pero también hay quejas por el material que se utiliza, ya que no puede ser posible que algunas de las partes nuevas se vean más desgastadas que las que tienen ya varios años. El otro problema que parece que viene fuerte, y que no es una herencia de pasadas administraciones, es el de los exempleados municipales que demandaron al ayuntamiento para exigir indemnizaciones o reinstalación en sus puestos. Dicen los subagentes vestidos de escritorios de abogados que por ahí ya se emitió una orden judicial para que la actual autoridad local pague varios millones de pesillos o de lo contrario podría iniciarse incluso un proceso de destitución y hasta provocar serios problemas legales a doña María Luisa. ¿Será?
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En donde el misterio continúa es en la Urbe de Adobe. El tesorero saltillense José Antonio Rodríguez sigue sin conocer cuál es el monto que debe entregar el gobierno provincial al ayuntamiento luego del reconocimiento de la retención de participaciones denunciado por la pasada administración panista de Isidro López. No hay fecha para la entrega del recurso porque, dicen, sigue en revisión de cuánto es lo que falta y qué se va hacer con los 10 millones de pesos que le pagaron al final de 2017. Pero don José no sabe ni siquiera decir en dónde está ese dinero y si se integrará al presupuesto de este año o cómo será ejercido. Por su parte, la salida más usada por el alcalde priista Manolo Jiménez cuando se le cuestiona sobre este y otros temas es decir que “no hubo entrega-recepción a tiempo”. Y de ahí no sale. Pero parece que no es lo único que desconoce don Manolo. Hace unos días fue balconeado en redes sociales por contestar una queja por fallas en la semaforización... pero el reclamo era de Monterrey y para colmo el equipo de comunicación de Bomberos Saltillo respondió “vamos para allá”. Si no han recibido los recursos que el gobierno provincial les debe, lo más prudente sería ahorrar evitando dar auxilio a otros municipios, y con mayor razón si están en otro estado de la República y si se trata de uno que cuenta con mucho más presupuesto.
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A quien ya dan por perdido es al alcalde de Durango, José Ramón Enríquez, pues en las últimas semanas se ha dedicado a la gira grillera por todo el estado, y prácticamente ya dejó en el olvido su encomienda como presidente municipal de la arácnida capital. Y es que hay quienes aseguran que el doctor Enríquez prácticamente ya se siente senador de la República y con poderes que incluso rebasan a los del gober José Aispuro Torres, a quien la actitud del munícipe suspirante únicamente le está generando saldos negativos. Por lo pronto, dicen que su virtual candidatura al Senado está agarrada con alfileres, ya que “El Divo”, como ahora se le conoce, pretende imponer candidatos a diestra y siniestra bajo los colores de Movimiento Ciudadano. Esto ha dado motivos para que ya se hable de bandazos y movilizaciones de panistas por esta inconformidad. Por lo pronto, aquí en La Laguna es nulo el conocimiento que tiene el alcalde, sobre todo si se toma en cuenta el descontento que existe en varios sectores por haberle hecho el feo una vez más a La Laguna para encabezar la fórmula al Senado para las elecciones del próximo primero de julio.
