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La columna del perro

M.V.Z. MIGUEL DÁVILA DÁVILA

Por: M.V.Z. Miguel Dávila Dávila

LAS MASCOTAS EN LA EDAD DORADA

Las personas de la tercera edad se encuentran en muchas ocasiones solas, ya sea porque enviudaron, sus hijos viven en otras ciudades, o porque por motivos de trabajo no los frecuentan con regularidad. He visto el cambio de actitud ante la vida, en personas que se ocupan en los cuidados de alguna mascota, al igual si ellos son los encargados de sacarla a pasear, o con el simple hecho de que estén a su lado en labores tan cotidianas como ver televisión, leer, limpiar la casa, etc.

Hay personas que me comentan que su perro siempre está al pendiente de ellos, me cuentan "mi perrito no me deja ni cuando voy al baño". Otras personas que son aficionadas a tener pájaros ya sean canarios, periquitos australianos, etc., y que ocupan parte de su tiempo en el día para limpiarles, darles de comer, cuidarlos del clima y del sol, cobijando sus jaulas por las noches, etc. Estas personas al igual que las anteriores toman estas actividades por sencillas o triviales que pudieran parecer a una persona en plenitud de facultades, como una rutina que los hace sentirse capaces y útiles, dándoles además momentos que les sirven de relajamiento para el estrés, siendo pues no sólo un pasatiempo más, sino un aliciente o incentivo que le mejora por tanto su estado de ánimo y su salud.

Me he encontrado muy frecuentemente a personas mayores leyendo el periódico, sentados con un pie acariciando a su perro, otras veces los he visto, con un gato sobre sus rodillas acariciándolo mientras platican por teléfono.

Esta interacción propietario-mascota es de beneficio recíproco, aunque yo creo en lo personal que salen ganando más las personas por la gran compañía y aprecio que les brinda su mascota, ya que aparte de ser nobles y leales a su amo, lo protegen celosamente de personas extrañas tanto a él como a sus bienes materiales. Me comentan en algunas ocasiones, que a veces ellos no se dan cuenta cuando alguien llega y "timbra" en sus casas sino que es mediante el ladrido del perro que se dan cuenta que alguien llega, es más, dicen "no me lo va a creer pero ladra y llora de manera diferente cuando es alguien conocido como mis hijos o si es alguna persona extraña".

Les recomiendo que si tienen espacio y manera de darles cuidados adecuados, tengan una mascota, esto sin importar si es de raza o no, fijándose solamente en el tamaño y tipo de mascota que se adapte a nosotros, a nuestra edad, a nuestro estado de salud a nuestro presupuesto y al entorno que vivimos.

Si hacemos esto estaremos invirtiendo en muchas horas de noble amistad y alegría.

Y ahora, para terminar, una gota de filosofía: LA JUVENTUD ES BELLEZA, LA MADUREZ ES SABIDURÍA.

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