Verdades y rumores
Aunque para los panistas la lucha por la anulación de la elección en Coahuila teóricamente aún no termina, dicen que la pugna por el reparto de candidaturas para la elección de 2018 ya comenzó. Además de la renovación de las minialcaldías y el trono de Los Pinos, en junio del próximo año se elegirán diputados federales y senadores, puestos harto codiciados por quienes se rehúsan siempre a vivir en el error. Los subagentes disfrazados de matracas azules aseguran que el que está más que puesto para ocupar la plaza varonil en la fórmula para el Senado por Coahuila es Jesús de León Tello, quien siente que ya merece dar el salto a una curul federal luego de dos sacrificios en la búsqueda por la alcaldía y de dirigir la bancada panista en la mole neoclásica de la Urbe de Adobe. Sin embargo, don Chuy no la tiene fácil, ya que tendrá que enfrentarse a su mentor, Guillermo Anaya, quien tiene un ojo en el gato y otro en el garabato por si la jugada de la anulación no le resulta.
De hecho, hay quien dice que incluso en el remoto caso de que se declare la nulidad, muy probablemente don Memo no podría volver a contender en una hipotética elección extraordinaria, ya que él, al igual que el gober electo Miguel Riquelme, quedaría descalificado por haber rebasado los topes de campaña. Por lo tanto, las malas lenguas dicen que Anaya está aprovechando la palestra de su lucha postelectoral más para mantenerse presente en el electorado que para en verdad buscar de nuevo la gubernatura. Por lo tanto, el duelo con De León es inminente y los conocedores aseguran que si el todavía diputado local quiere ser candidato a la senaduría, tendrá que “romper” con el anayismo coahuilense y plegarse al anayismo nacional, el de Ricardo, quien va que vuela para candidato del frente nacional opositor a la Presidencia de la República. Del senador Luis Fernando Salazar se comenta que aunque va a intentar pelear la candidatura interna del PAN para la alcaldía de Torreón, lo más seguro es que lo haga sólo para garantizar que le den otro hueso, que pudiera ser una diputación federal plurinominal o la candidatura del distrito 06. En la peronera capital se oye que el alcalde Isidro López va a buscar de nuevo la alcaldía, tras el fracaso de su candidata Esther Quintana, a quien, dicen, dejó sola con tal de no trabajar a favor de Guillermo Anaya en Saltillo. No obstante, precisamente por esto último a don Chilo no lo ven con muy buenos ojos en el PAN coahuilense y hay quienes no descartan que le apliquen la del Gallo de Acero, Gerardo García, que quedó fuera de la jugada y ahora anda coqueteando con el PRI.
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Mientras son peras o manzanas en eso de las candidaturas, los subagentes infiltrados en el Palacio Legislativo estatal nos reportan que los panistas ya están preparando una “bienvenida” para el probable futuro mandamás provincial, Miguel Riquelme. Resulta que, como usted bien sabe, enterado lector, la administración del gober Rubén Moreira además de dejar en herencia una deuda mayor a la que recibió de su hermano Humberto y el interino Torres López en 2011, le endosará al próximo gobierno la responsabilidad de llevar a cabo la nueva reestructura de la deuda bancaria, que ya fue aprobada por el Congreso. Dicen que dicha reestructura es harto importante para garantizar un margen de maniobra financiero un poquito menos apretado que el que ahora se tiene. Hay que recordar que en el sexenio actual se fue más dinero a pagar la deuda que a inversión pública, lo cual pudiera replicarse en la administración entrante si no se da la nueva negociación con los implacables bancos. Pues bien, los subagentes aseguran que los panistas están promoviendo en la Capirucha del Esmog varios recursos legales contra la aprobación de la reestructura que llevó a cabo el Congreso local bajo el argumento de que no se cumplieron requisitos importantes como la presentación en tiempo y forma de la información que justifique el ajuste. Dicen que en caso de que las instancias correspondientes den entrada a los recursos, la aprobación quedaría suspendida y el próximo gobierno estaría imposibilitado para renegociar con los bancos, con lo que tendría que resignarse, en pleno año electoral y con un Congreso dividido, a operar con poco dinero.
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Y ya que hablamos de la administración estatal, a propios y extraños sorprendió el retorno a estas tierras coahuilenses del exalcalde de Torreón, Eduardo Olmos, como funcionario de segundo nivel. Y es que el gober Rubén decidió suspenderle la beca que le había otorgado en la Capirucha del Esmog como “embajador” del gobierno de Coahuila para nombrarlo subsecretario de coordinación y enlace gubernamental, una dependencia de la Secretaría de Gobierno. La sorpresa viene por partida doble ya que, por una parte, la administración municipal de don Lalo fue muy cuestionada incluso por propios priistas. Hay que recordar que el mismo Miguel Riquelme, meses después de haber asumido el cargo de alcalde, declaró que la situación de la ciudad era peor de lo que esperaba. Por la otra, el nombramiento de Olmos se da prácticamente al cierre de la administración provincial, por lo que para varios no tiene mucho sentido. Sin embargo, nuestros subagentes disfrazados de matracas tricolores nos informan que esta jugada está consensuada entre los equipos de don Rubén y don Miguel, y que está encaminada a tener un bateador emergente en caso de que Chema Fraustro sea llamado por el PRI para ser candidato a la senaduría por Coahuila. Hay que recordar que don Chema era hasta hace unos días la carta más fuerte para ocupar la Secretaría de Gobierno en la era riquelmista, y ahora parece que las cosas no están muy definidas porque hay otras opciones para el todavía pastor del Congreso local. De acuerdo con esta versión, si Fraustro se va de candidato, don Lalo se convertiría en secretario de Gobierno, aunque no son pocos los que creen que tal vez el traje le quede, digamos, algo holgado. Por otra parte, se menciona que la labor de Olmos en el nuevo encargo será la de vigilar la transición en materia de seguridad, pero sobre todo lo que tengan pensado hacer los alcaldes entrantes, con la finalidad de que no haya desajustes que incomoden a don Miguel. ¿Será?
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A propósito de la seguridad, dicen que además del Simas ésta será una de las áreas que más dolores de cabeza le ocasionará a Jorge Zermeño una vez que asuma por segunda ocasión el cargo de alcalde de Torreón. Y es que hay visos claros de que recibirá una corporación policial, cuando menos, conflictiva. Por una parte está el asunto de la desincorporación masiva de patrullas que lleva a cabo el actual ayuntamiento y que pudiera dejar a la Dirección de Seguridad Pública con menos de la mitad del parque vehicular, según dicen. A lo anterior hay que sumar el hecho de que ya comenzaron a saltar los primeros agentes despedidos o, mejor dicho, “renunciados”, que se quejan porque no les han dado su indemnización y por lo que ya promueven amparos. En este tema las malas lenguas comentan que como las arcas municipales no están tan sanas como el tesorero Enrique Mota dice, dejarán que sea la próxima administración la que se flete la bronca. Para acabarla de amolar, los agentes andan sin su nuevo equipo de radiocomunicación, usando sólo los viejitos cuando éstos funcionan, si acaso, algo que no se había visto al menos en años. Pero lo más fuerte, dicen, estará en el posible choque de trenes que se avecina con motivo del famoso mando único estatal. Como recordará, las reformas federal y estatal en materia policial contemplaron la unificación de los mandos en las 32 entidades, una medida que fue interpretada por no pocos como una pérdida de autonomía para los municipios. En este sentido, dicen que don Jorge está tratando de darle un nuevo rostro a la Policía Municipal, primero, reduciendo el corte militar que Bibiano Villa y Adelaido Flores le imprimieron, y segundo, abriendo más espacios a la ciudadanía para que vigile más de cerca el desempeño de la corporación. El problema es que la figura del mando único estatal puede representar un fuerte obstáculo para sus planes, ya que sería de Saltillo de donde saldrían las órdenes para los jefes policiacos locales.
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Del otro lado del río seco se han levantado varias voces que señalan que el desempeño de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado de Durango sigue dejando mucho a desear. En esta ocasión fueron los empresarios del patronato de Obras y Servicios del Parque Industrial quienes pusieron el dedo en la llaga al señalar el retraso y abandono por meses de las obras de pavimentación en ese importante sector de la ciudad. Y es que según lo dijo el propio presidente del patronato, Oswaldo Juárez, en tres o cuatro meses que han transcurrido sin que las obras avancen, se ha pedido una explicación pero los encargados de la dependencia hacen como que la virgen les habla o ni siquiera contestan el teléfono. Las lenguas viperinas dicen que mientras el secretario Arturo Salazar tiene puesta su atención en obras de la capital de los alacranes, y uno que otro negocito particular, el delegado regional Froylán García prácticamente es un cero a la izquierda pues casi todas las obras se siguen decidiendo en el centro del estado. Es así que la mayoría de los constructores locales están muy molestos con el gobierno del llamado “cambio”, pues se sigue privilegiando a las empresas constructoras afines al PRI que, además, fueron las consentidas durante la administración de Jorge Herrera Caldera. Es decir, que el compromiso de dar mayor participación a las empresas locales y privilegiar la calidad y costos por encima de los amiguismos, se quedó en el discurso.
