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Verdades y rumores

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EL AGENTE 007

En la gustada sección de cosas que pasan cuando termina una administración, cuentan que quienes se las están viendo negras son las asociaciones civiles que llevan a cabo labores altruistas y que terminan llenando los huecos que deja el gobierno en atención a la población vulnerable. Resulta que, como se ha informado en estas páginas, el ayuntamiento de Torreón que encabeza Jorge Luis Morán ya dijo que, con la pena, pero no hay suficiente dinero para continuar con la entrega de apoyos firmados y comprometidos y que, si quieren, sólo pueden cubrirles dos meses más, cosa que los representantes de asociaciones no aceptaron por considerarlo insuficiente. Pero el problema se ha agudizado en serio luego de que el gobierno provincial que lidera Rubén Moreira también ha recurrido al clásico “debo, no niego; pago, no tengo”...

Y le ha cerrado a la llave de los recursos públicos para las organizaciones de la sociedad civil. Los subagentes disfrazados de buenos samaritanos nos dicen que la cosa no estaría tan peliaguda si esas asociaciones fueran de membrete, que algunas habrá pero no son la mayoría. El asunto es que se trata de organismos civiles que brindan atención a niños con cáncer, adultos mayores, menores en situación de riesgo o en orfandad, mujeres agredidas, jóvenes atrapados por las adicciones y demás grupos de población en situación vulnerable. Es decir, un sector de habitantes que en teoría debería ser atendido por el gobierno gracias a los recursos que recibe vía impuestos que paga Juan Ciudadano, pero que por alguna u otra razón no se da abasto para hacerlo. Dicen que si no fuera por la labor de muchas de estas asociaciones, simplemente esa gente no tendría amparo alguno. Es por eso que, según cuentan, los representantes de dichos organismos andan planteando escenarios diversos que van desde cerrar sus centros con la esperanza de que alguien más se haga cargo, buscar patrocinios en la iniciativa privada o de plano iniciar una serie de manifestaciones para obligar a las autoridades a que recorte sus gastos realmente superfluos, que no son pocos, para que atiendan el tema de la asistencia social que debería ser prioritario. Vamos a ver qué ruta agarra cada uno.

De forma más bien tímida ha circulado esta semana la especie de que en el seno del Consejo General del Instituto Nacional Electoral existe ya un pre-dictamen elaborado por uno de los integrantes de la Unidad de Fiscalización que pudiera complicar aún más el espinoso asunto de la elección de gobernador en Coahuila. Según la versión que anduvo rondando, el documento -que sólo se menciona y no se muestra- contendría la cifra definitiva del gasto del campaña de todos los partidos y los independientes, ya sumadas las erogaciones realizadas por los equipos de los candidatos el día de la votación, asunto que había quedado pendiente. Dicen que como ni el PAN ni el PRI pudieron comprobar que todos sus representantes habían participado de pura convicción, para lo cual tendrían que haber entregado formatos personales con firma de participación voluntaria, el INE estimó un gasto promedio que abarca seguramente lonche, refresco, taxi y “honorarios”. Por esta razón, según cuentan, el predictamen indica que tanto Miguel Riquelme como Guillermo Anaya rebasaron el tope de campaña en mayor cantidad que la reportada anteriormente, con lo cual el primero se quedaría aún más arriba del 5 por ciento que marca la norma como posible causal de anulación y el segundo entraría ya en esa misma zona. Las malas lenguas dicen que la razón por la que los panistas no le dieron tanto vuelo a esta especie fue porque, en caso de que los magistrados de la tremenda corte electoral ratificaran las formas sui géneris del INE de fiscalizar los recursos, lo que implicaría el primer paso para decretar la anulación, posiblemente no sólo inhabilitarían a don Miguel, sino también a su rival don Memo. De ser así, tendría que haber nuevas elecciones, pero con rostros distintos. Falta ver si el famoso predictamen es cierto, si el Consejo General lo aprueba y si terminan por avalarlo los magistrados. A esta telenovela aún le quedan varios capítulos, aunque dicen que uno de vital importancia se transmitirá el 15 de septiembre desde la Sala Superior del Trife.

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El que lleva rato preparando su salida de la gerencia del Simas es Xavier Herrera Arroyo, quien parece que quiere hacerle competencia a la mismísima ciudad de Torreón en eso de los festejos a propósito del aniversario 110. Y es que don Xavier no sólo consintió que, muy al estilo del canciller Luis Videgaray con su flamante retrato, le develaran una placa en su honor por los grandes parabienes que le ha prodigado a esta pujante ciudad, aunque en el verano siga padeciendo la falta de agua -que para el Simas siempre es culpa de CFE o de dios Eolo, nunca de ellos-, sino que está preparando su informe final en el que espera lucirse sobre todo con aquello de la perforación de dos docenas de pozos, a pesar de que la red hidráulica y de drenaje sigue dando lata por su antigüedad. Las lenguas cizañosas dicen que si fuera autocrítico, el gerente tendría que resumir su informe en una frase: entra más agua a la red, pero también se desperdicia más por las fugas y ahí les encargo los caídos de colectores a la próxima administración. Bueno, algo es algo dirán por ahí. Dentro de la bola de cristal de los futurólogos hay varios posibles destinos para Arroyo. Uno es integrarse al equipo de Miguel Riquelme en la gubernatura, en caso de que se confirme su triunfo. Otro, buscar la alcaldía el próximo año. Y un tercero es incorporarse a la nómina federal como nuevo director del Organismo de Cuenca de la Conagua. Haga sus apuestas.

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Del otro lado del Nazas nos llega una misiva con un asunto peliagudo. Cuentan que el secretario general del PAN en Durango, Rómulo Campuzano González, podría enfrentar como menos una investigación después de que tuvo el arranque de agredir físicamente a Isaac Becerra Martín, quien además de ser panista de mucha experiencia se ha desempeñado como regidor en Gómez Palacio y diputado local, entre otros cargos a nivel interno. El “pleito” se registró el jueves pasado en el salón de conocido hotel de esta ciudad, cuando Becerra, quien ya rebasa los 75 años de edad, reclamó tanto a Campuzano como al presidente del PAN, Lorenzo Martínez Delgadillo, todos los excesos en que han incurrido a través de la comisión permanente y en la propia dirigencia estatal, en perjuicio del propio partido y de sus militantes. Campuzano, quien tiene su fama de ser de mecha corta, reaccionó de manera violenta y tomó por el cuello a don Isaac, a quien además le propinó un golpe en el estómago. Como el futbol llanero. El hecho obviamente fue condenado por panistas, quienes además demandaron a su presidente actuar conforme a la ley y a los estatutos internos, pues se trató de una agresión directa por parte de quien se supone debe representar sus intereses. En respuesta, el Comité Directivo Estatal emitió un comunicado en el que condenó tal agresión y se comprometió a turnar el caso a la Comisión de Orden, aunque el documento no fue firmado por el presidente, lo que fue interpretado como un intento de proteger a su secretario general. Después de todo, el incidente confirma los temores de panistas de vieja guardia quienes en su momento le advirtieron al gobernador de los riesgos de avalar a Campuzano como secretario del partido. Tal parece que al gober Aispuro le falló el ojo clínico.

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Y en asuntos de gastos de fallas y desperfectos en obras, sigue la mata dando con las deficiencias en el nuevo Hospital General con Oncología de la vecina ciudad de Gómez Palacio, el cual estaba proyectado para abrir y empezar a funcionar el pasado mes de mayo pero con tanta irregularidad, su apertura se ve cada vez más lejana junto con la posibilidad de que los laguneros comiencen a recibir un servicio y atención de calidad. Y es que según las últimas visitas de supervisión, se encontraron algunos “detallitos” que deberán ser subsanadas por la empresa constructora, como condición para recibir la obra por parte del gobierno estatal. Entre esas “minucias” fue el hecho de que con las pasadas lluvias se inundó el área de Urgencias, además de que se detectaron unos muros desalineados y plafones mal colocados (ay, ese Tláloc, siempre sacando los trapos sucios al sol). Para tratarse de la “magna” obra de la pasada administración estatal en La Laguna, ha dejado mucho que desear pues hay que recordar que dentro del millonario presupuesto que tanto se difundió por 1,200 millones de pesillos, no se consideró el costo de 8 millones de dólares del acelerador lineal, menudo olvido, sin el cual el área de Oncología no podrá empezar a prestar el servicio a los pacientes con cáncer. Por lo pronto, mientras que el gobierno consigue los 500 milloncillos para todo el equipo que falta, la población carente de seguridad social seguirá acudiendo al Hospital General, el cual ya está rebasado en instalaciones, equipos y recurso humano. Pobre región, quién te manda no ser capital de estado.

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