Afición se queda con ganas de festejar

Ardiente temperatura en la Comarca Lagunera para el regreso del futbol y de los Guerreros a su casa, ni una sola nube en el cielo por lo que el Sol caía radiante, abrazador para los aficionados que llegaban al estadio con la intención de gozar la primera victoria del torneo para sus Guerreros.

"Hoy cenamos tiburón", me decía un aficionado, "si volvemos a empatar ya es por salados", afirmaba otro, señalando al rival en turno como la oportunidad ideal para dejar atrás el mal arranque de torneo y para sumar 3 puntos, pero sobre todo, para dejar atrás la falta de confianza. La ventaja en tribuna era abrumadora, contrario a otras ocasiones en que se gestan las famosas "invasiones", en esta ocasión los aficionados con playeras rojas se contaban con los dedos de las manos, pero los que juegan son los que están en la cancha y esos lo hicieron bastante bien.

Con un estremecedor disparo al poste comenzó el encuentro, parecía buen augurio para los Guerreros, que sorprendieron a sus seguidores que apenas si se estaban acomodando en las tribunas. Las gorras, los sombreros, incluso las sombrillas aparecieron como un producto sumamente necesario, igual servían las revistas para cubrirse de los rayos solares que para colocarlas en la butaca plástica, casi derretida por el astro rey que hizo recordar las añejas tardes en el demolido primer estadio Corona.

Pero algo cambió desde aquellas tardes en las que los visitantes venían a padecer con el calor lagunero, ahora los equipos foráneos encuentran comodidad en la Comarca, así lo reflejaron los escualos, haciendo el primer gol tras una desafortunada jugada en el área santista. Los nervios comenzaron a aparecer en la tribuna albiverde y trataban de mitigarlos con el famoso grito que la FIFA ya tachó de "homofóbico", aunque se ha tratado de erradicar en los estadios de la Liga MX, a la afición simplemente no le interesa dejar de expresarse así.

La esperanza renació con el empate de los Guerreros, pero poco duró el gusto de los fanáticos locales al ver que la pelota ingresó dos veces más a la portería de Jonathan Orozco, el estadio simplemente enmudeció, incrédulo ante los festejos de los pocos aficionados del equipo visitante. Un gran gol de Bryan Lozano volvió a despertar un poco de ilusión en los santistas que aún no abandonaban el estadio, pero el silbatazo de Francisco Chacón congeló en un segundo la calurosa tarde lagunera.

Inconformes con el resultado, los aficionados despidieron a sus jugadores entonando sonoros abucheos, ya cayendo la noche en Torreón, a Santos también se le vino la noche con una derrota que para nada estaba pronosticada. Quizá la mejor noticia para los Guerreros es que le llegará muy pronto su oportunidad de revancha, ya que mañana se presentarán nuevamente en casa, dentro de la Copa MX, competición en la que ya ganaron y esperan seguir por ese camino.

Los jugadores salieron molestos del encuentro de ayer en el Corona. Afición se queda con ganas de festejar