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Ciudad del Vaticano.- La inminencia de la Navidad hace sentir aquél "acontecimiento feliz" de la salvación ante las dificultades de la vida que crean desaliento y desilusión, dijo hoy el Papa Juan Pablo II, quien canceló su viaje a Filipinas.
En la ceremonias ayer, el Papa dijo que "de frente a las infaltables dificultades de la vida, a las incertidumbres y miedo por el futuro, a la tentación del desaliento y de la desilusión, la palabra de Dios repropone siempre el feliz anuncio de la salvación".
"Que este regocijo, preanuncio de la alegría de la Navidad ya próxima, invada el corazón de todos nosotros en todos los ámbitos de nuestra existencia", agregó el Pontífice, quien ofreció una misa ante los fieles de una parroquia romana y la tradicional misa del Ángelus.
Tras la misa dominical del Ángelus Juan Pablo II bendijo los "Niños Dios" llevados a la plaza de San Pedro por cientos de infantes y confirmó que no viajará a Manila, Filipinas, en enero próximo para participar en el IV Encuentro de las Familias.
"En la plaza de San Pedro se respira el clima natalicio. Al lado del pesebre, aún en preparación, ha sido colocado el árbol de Navidad ofrecido este año por Croacia, por ello renuevo mi agradecimiento a nuestros hermanos y hermanas croatas por este gentil regalo", dijo.
El Papa se refirió a esa inminente celebración, pero no dijo que estaría presente, como lo estuvo en los anteriores tres encuentros: en Roma en 1994, en Río de Janeiro en 1997 y también en Roma durante el Jubileo del 2000.
"La próxima cita servirá para relanzar en el tercer milenio el Evangelio de la Familia. Agradezco a quienes trabajan en la preparación de este importante encuentro en Manila y espero que la participación de las familias sea la más amplia posible", dijo.
"El mundo necesita de un signo de esperanza que venga de las familias cristianas", agregó.
El hecho de no haber mencionado su presencia en la capital filipina fue considerado como la confirmación de que no irá al Cuarto Encuentro de las Familias, que se desarrollará entre el 22 y 26 de enero próximo en esa ciudad.
El Vaticano ya había informado que Juan Pablo II no iría a Filipinas, debido a que el pontífice, de 82 años, debe seguir una rigurosa medicación contra el mal de Parkinson, por lo que son considerados inconvenientes los viajes internacionales. Juan Pablo II confío a la Virgen María la protección de las familias, al tiempo que definió a la Navidad como "fiesta de la familia, porque Dios, naciendo en una familia humana, la eligió como primera comunidad consagrada a su amor".
"A ella le pedimos proteger a las familias de cada ángulo de la Tierra, especialmente a aquellas que viven en situación de mayor pobreza. Que cada núcleo familiar pueda abrir las puertas al Señor que vendrá en Navidad para traer al mundo alegría, paz y amor", dijo.
Previamente Karol Wojtyla recibió en el aula Paulo VI del Vaticano a unos dos mil fieles de la parroquia romana de San Giovanni Nepomuceno.
El Pontífice suspendió desde inicios de año sus visitas a las parroquias de Roma, que eran una tradición dominical desde el inicio de su pontificado, debido a sus problemas de salud y ahora son los fieles los que se trasladan al Vaticano para encontrar al Papa.
NTX
