Reuters
BOSTON, EU.-El obispo Richard Lennon ofreció ayer una misa de renovación y sanación en su primera presentación pública desde que asumió al frente de la Arquidiócesis de Boston, tras la renuncia del cardenal Bernard Law luego del escándalo de abuso sexual que sacudió a la Iglesia católica estadounidense.
Lennon, nombrado sucesor interino de Law tras la renuncia de éste el viernes debido a la forma en cómo trató el tema de los sacerdotes pederastas, prometió ayudar a la arquidiócesis para salir de la crisis y luego se dirigió a aquellos que todavía están molestos con la Iglesia.
"Prometo hacer todo lo posible para ser un pastor de esta gran arquidiócesis, confiando en las plegarias, en el apoyo y la ayuda de toda la buena gente de Dios", dijo Lennon durante su sermón en la Iglesia de Santa Cruz, la Catedral de Boston.
Al final de su sermón, el obispo de 55 años, nombrado administrador apostólico de la arquidiócesis por el Papa Juan Pablo II, fue ovacionado por los feligreses dentro de la iglesia del siglo XIX.
Luego de la misa, Lennon salió de la catedral y saludó a un grupo de entre 50 y 100 personas que se manifestó en apoyo a las víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes pederastas, que mostraron pancartas que decían "Law ya se fue; ahora la lucha continúa".
En el pasado, Law, quien renunció durante una reunión personal con el Papa en el Vaticano, habitualmente trataba de eludir contacto con los manifestantes.
El tamaño de la manifestación fue de una cuarta parte de la realizada el domingo anterior afuera de la catedral, cuando al menos 300 personas pidieron a gritos la renuncia de Law e instaron a las autoridades judiciales a que presenten acusaciones formales en su contra.
El cardenal Law, el funcionario de más alto rango de la iglesia católica estadounidense, ofreció su renuncia por primera vez en abril, cuatro meses después de iniciado el escándalo, pero en esa ocasión su propuesta fue rechazada.
El cardenal de 71 años había enfrentado diversos pedidos para que renunciara tras revelarse que él y otros funcionarios de la Iglesia protegieron a clérigos acusados de abuso sexual de menores, cambiándolos de una parroquia a otra sin alertar a los padres.
Law dijo que esperaba que su salida conduzca a la "reconciliación y unidad que tan desesperadamente se necesita".
El escándalo estalló en enero cuando el expediente sobre el caso del defenestrado sacerdote y convicto pederasta John Geoghan demostró que Law conocía de las acusaciones en su contra, pero aún así lo cambió de parroquia a parroquia sin advertir a los padres de los motivos de la decisión.
