MÉXICO, D.F.- En una escala del uno al diez, Procampo apenas pasaría de ?panzazo? con seis de calificación si se midiera su seguridad ante actos de corrupción, reconoce el coordinador general del Programa de Apoyos Directos al Campo, Juan Antonio Fernández Ortiz.
Sin embargo, aun esa calificación tan baja es un logro si se considera que el Programa nació en 1994 con un inequívoco diseño y propósito electoral, sin los controles necesarios para evitar ?cochupos? y con una gran complejidad en su operación, argumenta.
En entrevista asegura que, gracias a las medidas que se han instrumentado en el último año para el combate a la corrupción, en la elección federal del 2003 ningún cheque de Procampo se entregará en mítines o se condicionará al sentido del voto.
En el informe que presentará sobre las acciones de combate a la corrupción desarrolladas en ese programa, destaca que al menos 16 funcionarios han sido inhabilitados y enfrentan procesos judiciales por actos de corrupción. Además, hay varias ?decenas? de casos que están en proceso de investigarse, pero aún no concluye con una medida administrativa y judicial.
Agrega que el 25 por ciento de los recursos se entregan ya a través de tarjetas de débito bancarias, lo que impide el contacto con ?manos humanas? que puedan cometer prácticas abusivas.
Servidores públicos inhabilitados
El Programa de Transparencia y Combate a la Corrupción en Procampo ha detectado irregularidades que tienen a por lo menos 16 servidores públicos inhabilitados, y a otros en proceso de investigaciones, incluso de tipo penal.
Las irregularidades más comunes ha sido el uso con fines electorales, por lo que se abrió una investigación contra el ex gobernador de Yucatán, Víctor Cervera Pacheco y a diversos funcionarios de Zacatecas. Otras de las denuncias se derivan del abuso cometido por servidores públicos ante la necesidad de los campesinos al momento de recoger sus cheques en ventanilla, y que son retenidos o negados indebidamente para presionar una ?negociación? en la que siempre quedará en desventaja el productor.
