La Jornada
México, DF.-Tras dos semanas de tersas negociaciones entre la familia López Portillo y el Gobierno del Distrito Federal y un convenio que alcanzó la categoría de un pacto de caballeros, Pilar Galindo López Portillo, hija de doña Margarita López Portillo, decidió restituir al Gobierno de la ciudad 900 metros cuadrados de zona natural protegida que mantuvo ocupados desde hace más de 20 años para ampliar su residencia ubicada en la colonia Lomas Altas en la tercera sección de Chapultepec y en donde llegó a instalar una cancha de tenis.
Frente al predio recuperado, el ingeniero Jaime Cordero Basave, esposo de la también sobrina del ex presidente de la República, José López Portillo, dijo que podrían haber mantenido el predio por un tiempo más, de acuerdo con un contrato que suscribieron con el entonces Departamento del Distrito Federal.
Empero, “no tenemos la intención de pelearnos con nadie, es algo que a la mejor a la brava uno podía quedarse, a la mejor cinco años más, pero tarde o temprano, uno no tiene argumentos, ni la fuerza, ni el poder político para hacerlo... el poder político antes si se podía usar, ahora ya no tanto”, apuntó.
No hay resentimiento, los políticos -dijo- saben los riesgos que corren, además, entre políticos, nunca se sabe, unas veces están arriba y otras abajo, “ya ven a López Obrador le tocó perder en Tabasco, pero triunfó en el Distrito Federal y salió ganando. Yo creo que después del presidente de la República el hombre más fuerte políticamente es López Obrador”, comentó.
La Casita
Sobre una pequeña pendiente ubicada al filo de una barranca, la mansión estilo “mexicano pesado” -según el señor Jaime Cordero- pero más parecido a un chalet suizo, cuenta con un solar de 700 metros cuadrados en el que se observan dos bancas de herrería similares a las instaladas en las plazuelas provincianas, pero con el escudo del Departamento del Distrito Federal; juegos infantiles, una alfombra de césped intensamente verde, cedros y pinares de variedades radiata y patula.
Al filo del medio día trabajadores de la Corena y policías forestales entraron a la barranca que colinda con el predio de los López Portillo, midieron los terrenos y levantaron el pasto y el pavimento donde lo había para delimitar el predio recuperado con una maya ciclónica.
Mientras iniciaban las labores, reporteros y fotógrafos inquietos buscaban detalles en el área ocupada, fueron hasta un tejaban de cuyas paredes pendían fotografías y un epigrama con el título de Los Siete Magníficos, que un sirviente se apresuró a retirar antes de que los periodistas pudieran identificar a los personajes de las fotos y del letrero.
Interrogantes
En una de las habitaciones de la residencia, parapléjico y con 82 años a cuestas, el ex presidente José López Portillo, se limitó a preguntar que pasaba —según Cordero Basave- quien no reveló el contenido de las interrogantes hechas por el ex mandatario.
Mientras se llevaba a cabo el operativo en la casa también se encontraba la señora Margarita López Portillo, quien -según el entrevistado- no se percató de lo que acontecía. Más de dos décadas atrás, su hermano la designó directora general de Radio Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación.
Acuerdo terso
La recuperación del predio fue tersa, la secretaria del Medio Ambiente Claudia Sheinbaun Pardo, no dejó de reconocer “el trato de amabilidad” con el que fueran recibidas las autoridades. La familia López Portillo, se acercó al Gobierno local “para plantearnos que estaban en condiciones de regresar voluntariamente lo que le correspondía a la Ciudad”. El rescate del predio es significativo, “porque se ha actuado con la ley, independientemente del poderío que en algún momento haya tenido la familia, López Portillo. El país no puede volver a una situación como la que vivió en su momento, el tráfico de influencias, la posibilidad de que familias adineradas o con recursos políticos pudieran invadir zonas que le pertenecen al pueblo de México”, apuntó.
