EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Movilidad comentada

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

El pasado "puente" del 16 de septiembre, superó por mucho las expectativas de tiempo para hacer algunas cosas diferentes a las que normalmente hacemos de manera rutinaria durante y fuera de la jornada de trabajo. Para romper con la rutina, la inercia y la monotonía se requiere de tiempo, sólo entonces empiezas a sentir los beneficios del ocio y de todos los detalles que se mueven en torno a éste.

Como regla, no hablada por aquello de los reclamos, disminuyo el uso del automóvil y me empiezo a mover a pie o en la bici de un lugar a otro. En esta experiencia lo primero que descubro es que me hago visible a las personas y que aparecen también ante mí un montón de detalles que desde el coche no ves.

Desde luego acepto que se trata de una actitud comodina y aburguesada, pero como buen clasemediero utilizo mi automóvil hasta el límite que amortiza su costo, es un decir, sin llegar a las exageraciones de los adictos a la gasolina. Quién, en su sano juicio, disfruta actualmente el manejo de su coche, me refiero al uso urbano, a la densidad del tráfico, a los que manejan y van pegados al whatsApp, a los embotellamientos, a los baches romperrines, a la escasísima cultura vial que ocasiona que los movimientos de los coches en las carreteras se asemejen al movimiento browniano de partículas. Agréguenle a esto, la necesidad de conducir por las elegantes y bien planeadas rutas alternas, que ocasionó la "caída" adelantada del puente del periférico, entenderán entonces lo de bajarle, por lo menos en los periodos de asueto, al uso del automóvil.

Una de las experiencias más llenas de adrenalina fue cuando me aventuré a caminar por las "banquetas egipcias" del desnivel que se encuentra en el bulevar Miguel Alemán, acá en Gómez Palacio. No fue por gusto, ni para probar nada, sencillamente brincar por la vía del ferrocarril en solitario, que es la única opción, no me dio mucha confianza, y creo que eso hace la gente porque para mi sorpresa me encontré con una familia caminando en fila india por el estrecho pasillo de la banqueta. Desde la perspectiva peatonal, que pretende como yo, caminar una pequeña distancia desde el otro lado de la vía a una farmacia que se encuentra en la avenida Victoria, la única conexión es este dichoso paso a desnivel y sus estrechas e interrumpidas banquetas.

Desde que empiezas a bajar, sientes muy cerca el ruido y la velocidad de los vehículos, te sientes muy expuesto y vulnerable, sobre todo cuando te detienes en los tubos de la señalética de velocidad máxima, que pocos ven por cierto, y te obliga a bajar a la carretera para poder continuar caminando.

Es muy evidente que esta infraestructura, como muchas otras que se han construido en la zona metropolitana, fue hecha pensando única y exclusivamente en coches, camionetas y camiones, dejando fuera al peatón y a los ciclistas. Alguien pudiera decir que en la mencionada estructura vial se marcó una ciclovía, sin embargo esto no es suficiente, quienes hemos circulado por ahí en nuestra bicicleta lo sabemos, si entras junto al flujo de los vehículos motorizados corres un gran riesgo, porque tienden a cubrir todos los espacios. Tienes que ingeniártelas, un buen amigo que siempre se mueve en bicicleta, me dijo que esperara a que los semáforos estuvieran en rojo para luego darle con todo y llegar al otro lado sin ningún contratiempo.

El uso de la bicicleta durante el "puente" patrio fue gratificante, pero también de mucha adrenalina, salvo en los pequeños tramos donde existe alguna ciclovía, en el resto tienes que estar muy atento o te atropellan, la gente de los vehículos motorizados sigue sin verte y sin respetar tu espacio de 150 centímetros entre la bici y el coche, no hay respeto, lo único que buscamos es que se pueda convivir en la calle con el coche y los camiones del transporte público.

La movilidad va más allá de transportarse de un lugar a otro, tiene que ver con el mejoramiento de la calidad de vida de la gente, con el acceso a oportunidades, bienes y servicios en las ciudades, a la educación, salud, empleo, en suma a una sostenibilidad ambiental, social y económica.

Por eso los planes locales de movilidad sostenible, elaborados con un enfoque de gobernanza entre la sociedad y las autoridades gubernamentales, deben llevarse a la práctica con el apoyo económico de los tres niveles de gobierno, y gestionar los apoyos provenientes de los fondos verdes, los cuales pueden crecer en la medida de los resultados observados. Vean lo que pasa en León, Guanajuato, con el transporte público, cada vez es mayor el apoyo externo, gracias al avance importante que se ha tenido.

La solución a los problemas de movilidad en el área urbana de la zona metropolitana, se encuentra actualmente entre la oligofrenia de aquel alcalde de Toronto que destruyó las ciclovías y promovió las autopistas y el uso del automóvil, o el uso de buenas prácticas de movilidad, como la gestión y la pacificación del tráfico, el crecimiento de los modos sostenible no motorizados como la bicicleta y a pie, y la construcción de infraestructura para apoyarlos..

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: A la ciudadanía

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1266944

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx