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PEQUEÑAS ESPECIES

UNA MASCOTA PRIVILEGIADA (Primera parte)

MVZ FRANCISCO NÚÑEZ GONZÁLEZ

Cuando vi por primera vez a "Brauni" en los brazos de su dueña, me dio la impresión que se trataba de una mascota afortunada. Al contemplar la manera de hablarle a su perro y la forma de tratarlo, corroboré mis ideas, su propietaria era una de esas personas que realmente se preocupa por sus animales.

Después de algunos años dedicados a la clínica de perros y gatos, me he dado cuenta que los veterinarios llegamos a desarrollar cierta cualidad en lo que respecta a conocer la personalidad y hasta el carácter de las personas por la forma de tratar a sus mascotas y rara vez nos llegamos a equivocar.

"Brauni" es un pequeño perro de dos años de edad de la raza Dachshund, también conocido como "Teckel" o "Salchicha" de color café, un excelente animal de compañía y buen guardián, ligeramente rencoroso y algo celoso hasta con los mismos miembros de la familia.

Conocí a "Brauni" cuando fue llevado a consulta por una enfermedad en la piel; mientras lo revisaba, me di cuenta que en ningún momento abandonó los brazos de su dueña, como un niño que no se separa de su progenitora frente a un desconocido, temblaba nervioso, pero sentía alivio cuando le hablaba su dueña tiernamente al oído, siempre alerta para cualquier movimiento que yo hiciera, estaba tratando con un paciente que había ofendido su orgullo, en ocasiones, se sienten agredidos cuando les tomamos la temperatura rectal o colocamos el bozal, se vuelve un juego de astucia y de reflejos, se muestran aparentemente indiferentes sin quitarnos la vista y al menor descuido de nosotros los veterinarios nos obsequian el mordisco, me hiciste aquello y yo recupero mi dignidad, dejando mi huella, así que también nosotros tenemos que estar siempre a la expectativa.

Pasaron los meses y no supe más del pequeño Teckel hasta la aplicación de sus vacunas, pero antes quise inspeccionar su piel para verificar si no habían quedado secuelas de la dermatitis que había padecido con anterioridad, no sin antes colocarle el bozal, independientemente de que se trataba de una raza nerviosa, la mirada dejaba mucho que desear, estoy seguro que recordaba la visita anterior y por su expresión no le era de su completo agrado; una vez más, no se despegó de los brazos de su querida dueña.

Me extrañó ver a "Brauni" antes de la siguiente vacuna, ahora su problema era una infección en el oído medio, son razas de perros propensas a estos padecimientos debido a la anatomía de sus grandes orejas que no permiten una ventilación adecuada. Mientras realizaba la limpieza de sus oídos y verificaba con el otoscopio el grado de infección, una vez más, el pequeño salchicha fue amordazado y se le coartaron las intenciones de darme una dentellada, toda la consulta se realizó en los sutiles brazos de su inseparable dueña.

Al darlo de alta de su problema de oídos, después de algunas sesiones de limpieza, su propietaria me explicó que "Brauni" amanecía con lagañas en los ojos; afortunadamente, aproveché la misma oportunidad que me daba el bozal para checar su vieja otitis y a la vez confirmar su nueva conjuntivitis, una vez más en la mesa favorita de auscultación, los brazos de su propietaria.

Estando perfectamente de salud mi pequeño amigo de los problemas anteriores: de piel, de oídos y de ojos, al ir su dueña a la última revisión de su perro al consultorio, me explicó que al pasearlo por la calle, repentinamente presentaba algunos accesos de tos, probablemente no era nada, me decía ella con una apenumbrada sonrisa. Le pregunté si "Brauni" acostumbra a tirar de su correa queriendo ir más rápido inspeccionando todo a su paso, siendo así, era probable que el collar le oprimía la faringe y ocasionaba ciertos accesos de tos, pero para salir de duda, revisaría su garganta. Afortunadamente, se encontraba en perfecto estado a excepción de su dentadura, que contaba con una placa abundante de sarro y gingivitis (inflamación de la encía) y era necesario realizar una limpieza dental. Le expliqué que era preciso sedar al paciente, pues la mayoría de los clientes se angustian al anestesiar a su mascota y ella estuvo de acuerdo.

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