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El guardarropa de Theresa May

Moda y poder: el mejor atuendo

Nicola Thorp. Foto:SWNS

Nicola Thorp. Foto:SWNS

REDACCIÓN S. N.

La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, es una mujer con estilo propio, una amante confesa de la moda que se niega a aceptar que su pasión por los tacones llamativos o los estampados más trendy restan valor a su trabajo al frente de una de las naciones más importantes a nivel mundial.

Los atuendos que Theresa May, primera ministra de Reino Unido desde el pasado mes de julio, no han pasado desapercibidos para la prensa internacional. Algunos consideran que es una mujer elegante que ha perfilado un estilo ecléctico que refleja su personalidad y aplomo, y que ha sabido encontrar la manera de proyectar su personalidad sin ceñirse por completo a las últimas tendencias.

Desde 2010, momento en el que fue nombrada ministra del Interior, May ha bajado de peso y ha cambiado su corte de pelo sin perder su esencia y particular estilo clásico, que a veces refresca con prendas más atrevidas como botas de mosquetero, vistosos zapatos o chaquetas con llamativos estampados.

Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación y consultor político, explica que la británica ha pasado paulatinamente de la media melena al cabello corto, sin excesos, sin ocultar las canas, lo cual le ha ayudado a configurar una imagen serena y experimentada.

Para él, la ministra es consciente de que su imagen va a ser tan analizada como sus decisiones políticas, por lo que ha preferido mantener una imagen natural, una apuesta que denota una gran determinación en una sociedad mediatizada.

La segunda mujer en la historia de este país en tomar el cargo, después de Margaret Thatcher, luce en sus apariciones públicas un estilo ecléctico y sobrio que ha ido cambiando con el tiempo, donde las chaquetas estampadas, con dibujos y cortes geométricos, durante su etapa como portavoz de los conservadores, han dado paso a tonos básicos, no exentos de vivacidad, en patrones más clásicos. Un estilo que tiene mucho que ver con su personalidad.

"Es una mujer de carácter reservado y serio. Toma decisiones y las sabe comunicar”, considera Gutiérrez-Rubí, añadiendo que todo esto denota que a la ministra no le intimida la responsabilidad, al contrario, le gusta.

Chaquetas amplias, de varios bolsillos, en tonos rojos, verdes y los clásicos marinos, además de gris o chocolate forman parte de su fondo de armario, en el que las prendas han ido reduciendo su talla.

Las faldas justo a la rodilla o por encima son lo habitual, aunque combina los pantalones como uniforme de trabajo.

Durante los últimos meses, el calzado es el aspecto que más ha innovado en su vestuario. Su altura le permite utilizar zapatos planos y calzado con poco tacón, aunque no renuncia a finos stilletos. Estampados de tigre en diferentes tonos, con lazos o bien adornos con apliques de piedras de colores o tachuelas han sido habituales.

Como complementos, los collares de abalorios y bolas en distintos colores son una constante en su vestuario, siendo especialmente fiel a una gargantilla de generosas cuentas doradas que forma parte de su joyero desde hace años.

AMANTE CONFESA

Theresa May, por su parte, no ha tenido ningún problema en revelar que le gusta la moda, en especial los zapatos, los ha lucido de tacón medio y con estampado de leopardo, zapatos de piso (flats) con estampados de labiales, y botas de charol hasta la rodilla.

En octubre pasado, durante la cumbre Women of the World el pasado octubre, en una entrevista afirmó: “Soy mujer y me gusta la ropa. Uno de los retos de las mujeres en la política, en los negocios, en todas las áreas de la vida laboral, es ser nosotras mismas y decir que podemos ser inteligentes y estar interesadas en la ropa”.

Mientras que en el programa de radio de la BBC Desert Island Discs, dijo que si naufragara en una isla desierta, el “artículo de lujo” que le gustaría tener sería una suscripción vitalicia a la revista Vogue.

May se ha negado a aceptar que estar interesada en la moda es incompatible con tener la capacidad de discutir temas como la política nuclear, y al hacerlo está sentando un precedente que permite a las mujeres usar atuendos para expresar una faceta de su personalidad sin que por ello se reste importancia a su autoridad.

Hay una anécdota muy repetida estos días en la que Theresa May se reunió con una joven que vestía unos zapatos muy a la moda en la Cámara de los Comunes. “Le dije que me gustaban y ella me contestó que mis zapatos fueron la razón por la cual decidió involucrarse en la política”, contó May.

'¡QUÍTESE LOS TACONES!'

El estilo de Theresa May da de qué hablar, y aunque muchos lo aplauden, la verdad es que no todos lo ven con entera aprobación. Hace unos días fueron precisamente los llamativos tacones de la ministra británica, el foco de las críticas de un movimiento de corte feminista.

"Señora primera ministra, quítese los tacones y dé un ejemplo del que pueda sentirse orgullosa", pidió la sindicalista Penny Robinson durante el congreso del TUC (Trades Union Congress) en Brighton.

La petición llegó al escritorio de Theresa May acompañada de las 150 mil firmas que aspiran a llevar al Parlamento una ley que impida que las empresas obliguen a las mujeres a llevar tacones de cinco a 10 centímetros en el trabajo.

La campaña fue lanzada por la actriz y recepcionista Nicola Thorp, cuando desafió a sus jefes de PricewaterhouseCoopers al presentarse en el trabajo con unos zapatos planos.

Las sindicalista Penny Robinson siguió su ejemplo en el congreso sindical de TUC, bajándose de los tacones y quedándose descalza ante una audiencia mayormente masculina: "Ahora tenemos a una mujer llevando las riendas del país y ella misma puede dar ejemplo a la hora de calzar unos zapatos 'sensibles'".

Cuando Theresa May sea proclamada en Birmingham como nueva líder del Partido Conservador en dos semanas, debería hacerlo renunciando a los tacones que han sido su marca y dando su discurso con zapatos planos, ese sí que sería un mensaje muy directo, que podrían suscribir millones de mujeres, más allá de las diferencia ideológicas”, aseguró Robinson.

El desafío fue aclamado por sus compañeras sindicalistas, incluida Frances O'Grady, secretaria general del TUC. Aun temiendo que Theresa May pondrá su 'estilo' por delante de su conciencia feminista, Penny Robinson se despidió con un último y poderoso argumento: "Deje usted que los medios vean a la mujer más poderosa del país avanzando con pie propio y sin necesidad de llevar zapatos de diseño para responder a las expectativas de los hombres".

El guardarropa de Theresa May
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Nicola Thorp. Foto:SWNS
Nicola Thorp. Foto:SWNS
Penny Robinson, secretaria de la  lial GMB. Foto: Jon Crud D.
Penny Robinson, secretaria de la  lial GMB. Foto: Jon Crud D.

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