Reino Unido decidió este jueves abandonar la Unión Europea y la Premier League tiembla ante las posibles consecuencias. Aquéllos que están a favor del "leave" ven en el Brexit una oportunidad inmejorable de apostar por el desarrollo de futbolistas locales, pero la propia liga pone en duda su capacidad de sobreponerse a las medidas restrictivas que tendrán los futuros traspasos.
Aproximadamente 400 futbolistas de las ligas británicas no cumplirían los requisitos para trabajar en el Reino Unido, por lo que el propio Presidente de la Premier League, Richard Scudamore, declaró que "sería incongruente apoyar la salida".
Informes apuntan a que dos tercios de los europeos que militan en la Premier se verían imposibilitados para continuar jugando en Inglaterra, por lo cual, los 20 equipos perderían al menos a un jugador y/o entrenador que se verá afectado por dicha situación. Para los clubes sería casi imposible mantener el nivel.
Hay quienes ven una ocasión magnífica para desarrollar el talento nacional pero el principal argumento de sus detractores, es que son precisamente los foráneos quienes llegan a Inglaterra para elevar el nivel no sólo de la liga sino de los mismos futbolistas que debido a la competencia se ven forzados a mejorar su calidad para poder competir.
La actual reglamentación exige que para contratar a un futbolista proveniente de un país no afiliado a la Unión Europea, éste debe haber completado un porcentaje de partidos jugados con su selección, que varía según el lugar que el combinado ocupe en el ranking de FIFA. Con la salida del Reino Unido de la UE, dicha norma será aplicable a todos aquellos futbolistas no nacidos en los países constitutivos. Jugadores como De Gea y las revelaciones de la temporada, Dimitri Payet del West Ham, así como N'Golo Kanté del campeón Leicester City no podrían llegar a la Premier si su fichaje se hubiera dado después del Brexit debido a que no son convocados habitualmente a sus respectivas selecciones.
Expertos afirman que la liga tardaría cuando menos dos años en establecer una nueva reglamentación y adaptarse a las nuevas condiciones. Sin embargo, el futbol genera un fuerte impacto en la economía del Reino Unido gracias a las exportaciones y a los impuestos que paga al Gobierno, por lo que es probable que se llegue a un acuerdo especial que impida la salida masiva de futbolistas, pero deberán hacerlo con mucho cuidado pues establecer una reglamentación que beneficie exclusivamente a este deporte podría fijar un precedente que otras industrias voltearían a ver con recelo.
Por lo pronto no se sabe si las nuevas restricciones afectarán a los jugadores que ya militan en la Liga Premier o sólo será aplicable a futuros traspasos.
