Lo que está sucediendo en Oaxaca en una verdadera injusticia. Una injusticia brutal para el ciudadano común que nada tiene que ver con los protestantes miembros de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, la CNTE.
Es quizá el más duro de los encontronazos que esta organización de origen sindical haya enfrentado en su historia, de la cual siempre había salido victoriosa consiguiendo del gobierno en turno canonjías y privilegios en detrimento de la calidad educativa y del erario.
Es importante recordar que la administración de la educación hasta antes de esta reforma era ejecutada por los estados. Los sueldos, mantenimiento y administración de los planteles eran responsabilidad de las secretarías de educación de cada estado, quienes recibían ingentes cantidades de dinero para el pago del sostenimiento de las escuelas púbicas, reservándose la federación la elaboración de los planes de estudio y los contenidos de los millones de libros de texto gratuito, herramienta fundamental para la educación de la niñez mexicana.
La Reforma Educativa, que en realidad centra su objetivo en una modificación administrativa, más que un cambio en el contenido de los programas, despoja a estas organizaciones vandálicas como la CNTE de privilegios, y les arrebata el control que de facto detentaba la CNTE, justo en los estados más pobres de México: Oaxaca, Chiapas y Guerrero, los cuales además de tener a los más pobres, también son los estados con los peores índices de educación en el país. Simple es entender que existe una correlación entre nivel educativo y estado económico.
Algunas de las nuevas disposiciones que contiene la Reforma Educativa contemplan la evaluación de los docentes, además especifica que aquellos que acumulen más de tres faltas en un período de 30 días perderían su trabajo (esta novedad es una norma que se aplica a millones de trabajadores comunes de acuerdo a la Ley Federal del Trabajo). De igual forma, regresa la administración de la nómina de más de un millón de maestros en el país a la federación, con lo que impide que plazas y el manejo de este dinero quede sujeto a las circunstancias que se vivan localmente en cada estado de la república. Cuando los gobiernos estatales administran esa nómina, se han creado las condiciones para que existan miles de individuos que cobren sueldo sin dar clases.
Así las cosas, la CNTE, organización que extorsiona constantemente al Estado, esta vez ha endurecido sus acciones y tiene colapsado al estado de Oaxaca. Imágenes y videos confirman que amén de los bloqueos que han orquestado los "maestros", los oaxaqueños están presos en sus propias comunidades. Las carreteras principales se encuentran cerradas y la escasez de víveres empieza a hacer crisis. Los programas asistenciales como los operados a través de Diconsa, simplemente no pueden operarse, así que la red más grande del país para proveer alimentos básicos a los más pobres, no puede en este momento operar por los bloqueos de la CNTE.
Lo peor de todo es que si bien es cierto hay una gran carga política de todo este asunto, hoy la realidad es que la CNTE se ha convertido, de acuerdo a las leyes penales de nuestro país, en una asociación delictuosa, y nadie se atreve a señalarlo con todas sus letras simplemente porque no es políticamente conveniente.
Es gravísimo que en el desalojo que la Policía Estatal de Oaxaca, apoyada por la Policía Federal en la caseta de la carretera entre la ciudad de Oaxaca y la Ciudad de México, a la altura de la comunidad de Nochixtlán se hayan producido muertos por balazos. Deben deslindarse responsabilidades y encarcelar a los culpables. Pero de ahí a que algunos sumen simpatías con la CNTE, dista un trecho. No es una postura intelectual defender a los miembros de la Coordinadora, es una posición simplemente de desear que este país se incendie. Es esa envidia colectiva que prevalece en muchas sociedades.
La CNTE es un grupo que atenta contra el Estado, el cual ha sido representado por un gobierno desprestigiado, pero eso no le da derecho a hacer lo que está sucediendo en Oaxaca, y el gobierno nuevamente falta a su obligación que es proporcionar justicia al ciudadano. Las cosas como son: muchos de la CNTE son una turba de delincuentes y nuestro gobierno es un transgresor igual de la ley, al no cumplir con el mandato que de ellas emana.
