Arreglos. El cierre de dos carriles ha ocasionado que durante las noches y los fines de semana se registren filas de vehículos de hasta 10 kilómetros.
Las obras en la México-Querétaro son una verdadera calamidad para los usuarios.
Los miles de automovilistas que circulan por las noches y los fines de semana por esta vía tienen que sumar de dos a tres horas a sus tiempos de traslado debido a los trabajos de reencarpetado. Una hilera de 10 kilómetros, que inicia a la altura del kilómetro 50 y llega al 60, se forma en cuanto cae la noche y se incrementa el número de vehículos pesados, los cuales, para evitar acelerar y frenar a cada instante, se detienen por periodos de hasta 15 minutos para poder avanzar algunos metros cada vez.
"Me ha tocado tráfico de hasta dos horas y media. Como pasa por aquí mucho camión, va mucho más lento. Y luego se reduce un carril", indicó Anayeli Méndez, quien viaja a Querétaro dos veces a la semana. Este tráfico facilitó que, el 7 y 10 de junio, delincuentes de la zona abordaran a punta de pistola dos autobuses, asaltaran a los usuarios y violaran a dos mujeres.
Según agentes de la Policía mexiquense, cada semana reciben entre dos y tres reportes de asaltos a usuarios del transporte público. La obra que está en proceso consiste en la sustitución de 25 kilómetros de asfalto por concreto hidráulico. En los últimos tres años, en esa autopista se han realizado al menos siete obras que han generado tráfico. De hecho, la vía ha estado en reparaciones constantes desde hace más de una década.
