Cultura

Las palabras tienen la palabra

Los que se van por delante

Juan Recaredo

Cuando me enteré que había partido a descifrar el misterio de la vida y de la muerte, me pareció escuchar a Alberto Cortés cantando con voz grave y melancólica: Cuando un amigo se va queda un espacio vacío que no se puede llenar ni con las aguas de un río...

¿Qué río será tan caudaloso como para llenar el hueco que nos deja José Emilio Pacheco, mi amigo entrañable? Ninguno. ¿Cómo, si él rompió todas las fronteras culturales al establecer vínculos mediante las diferentes variables de su trabajo literario?

Él fue el amigo fiel que llenó mis madrugadas insomnes con sus cuentos, novelas y artículos, con su estilo coloquial, claro y antirretórico que me permite llamarlo amigo a pesar de que nunca hablé con él ni siquiera pude verlo en persona. La nuestra era una inquebrantable amistad literaria fundamentada en su lenguaje cotidiano, siempre asumiendo los más grandes valores humanos, éticos y sociales.

Como dijo Monsiváis: "Conoció la pasión por la metáfora, la concentración en unas cuantas líneas de un relato casi siempre pesaroso, el gusto por los relatos inesperados, el despliegue del poder de síntesis, el ejercicio múltiple de la metáfora, el juego de analogías como espejos de la devastación, la alabanza del paisaje…".

Ahora que José Emilio ya partió, me siento aún más orgulloso de haber sido su amigo de letras. Su figura me llena de admiración y lo presumo impunemente porque recibió todos los premios y reconocimientos que se dan y hasta los que no se dan con tanta frecuencia: El Villaurrutia, el José Asunción Silva, el Octavio Paz, el Alfonso Reyes, Pablo Neruda y García Lorca, entre otros. Medallas de oro y doctorado Honoris Causa por aquí, allá y acullá, que a pesar de ser tantos, nunca serán suficientes.

Mi amigo José Emilio nació en la Ciudad de México. Además de sus cuentos y novelas, escribió editoriales, hizo adaptaciones, guiones cinematográficos y teatrales, y en sus ratos desocupados hacía algunos textos culturales y de investigación que lo convirtieron en un clásico de la literatura contemporánea.

Emprendió la carrera de Derecho, pero luego prefirió estudiar Filosofía en la Universidad Autónoma de México, compartiendo su interés con amistades como Carlos Monsiváis, Juan José Arreola y Sergio Pitol.

El domingo 26 de enero de 2014, José Emilio Pacheco partió hacia el Palacio de los Inmortales. Adiós José Emilio… seguirás siendo siempre mi gran amigo.

Escríbale a Don Juan Redaredo, su correo es [email protected].

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Tren Power ¿Qué me recomienda para mejorar mi ortografía? Me fallan mucho los acentos.

RESPUESTA:

Leer mucho, principalmente libros de escritores reconocidos

Me retiro con esta frase: Quien quiere mentir engaña y quien quiere engañar, miente. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

Leer más de Cultura

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Cultura

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1228664

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx