En el caso de Torreón, afirma que no se tienen adeudos a largo plazo, sólo el crédito de Banobras heredado de la anterior administración municipal y que está pagando. (FERNANDO COMPEÁN)
Luego de la Promulgación de la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios, el alcalde Miguel Riquelme Solís consideró que es positiva ya que se deberá tener más cuidado para cualquier tipo de endeudamiento y expresa que más que un “amarrar las manos” a los gobernantes, se replantea la necesidad de no contraer deuda pública.
La ley en mención, “aplica dentro de una disciplina que debemos llevar los ayuntamientos, los estados para poder dejar a quien sigue en el cargo, la confianza de contar con finanzas sanas, incluso una deuda a corto plazo que sea baja, que permita como lo espera la ciudadanía, que el nuevo gobierno inicie con recursos y con proyectos”.
En el caso de Torreón, afirma que no se tienen adeudos a largo plazo, sólo el crédito de Banobras heredado de la anterior administración municipal y que está pagando.
“Por lo demás, enfrentamos un pasivo circulante manejable”, dijo.
Asegura el alcalde que no tiene proyectada la gestión de ningún crédito para respaldar las obras y proyectos en puerta, en lo que resta de su administración.
“Porque precisamente pretendemos dejar finanzas saludables para quienes sigan al frente del gobierno municipal”.
Según Riquelme Solís, a dos años y medio de esta administración, “no tenemos absolutamente ningún crédito a largo plazo y la deuda a corto plazo es manejable, derivada de los ingresos que obtiene el municipio. Sería irresponsable heredar una deuda que el siguiente gobierno no pudiera pagar con sus propios recursos”.
En este contexto, Riquelme asegura que para el mes de mayo iniciará el programa de austeridad que implica el despido gradual de alrededor de 250 empleados de diferentes áreas, así como ajustes en el rubro de servicios generales, con lo que se busca lograr un ahorro superior a los 40 millones de pesos.
