Durante casi una hora, el jefe del SAT se transformó en un asesor más para los contribuyentes. Aristóteles Núñez constató ayer las inquietudes de los causantes y los retos de su personal, algo que nunca habían visto los empleados del organismo. El reto surgió cuando una pregunta no le cayó bien al funcionario. "¿Por qué en algunos módulos de atención, como el de la colonia Del Valle, no están atendiendo a los contribuyentes que no tienen cita y que van por su firma electrónica?", se le inquirió al término de un evento. "No me consta (...) A los que no tienen cita se les atiende en la medida de la disponibilidad del servicio, pero no por ello se les despide", respondió.
Si el funcionario estaba seguro del servicio... ¿por qué no ir a un módulo de atención? Núñez aceptó. Al llegar al módulo de atención Del Valle se detuvo para ver si en verdad los contribuyentes eran rechazados. Uno de ellos iba por la firma electrónica, pero no llevaba cita. De inmediato un guardia de seguridad privada, no un asesor del SAT, le cerró el paso. Luego de esto Núñez dio el apoyo a los contribuyentes.