Sin frontera. Estudiantes y artistas se unieron para darle color al muro de acero fronterizo.
Una iniciativa artística en la frontera sirvió para levantar la voz en contra de aquellos que apoyan levantar un muro más grande entre México y Estados Unidos.
En días pasados, estudiantes, artistas y activistas de varias ciudades fronterizas decidieron cambiarle la cara al actual muro y "borrarlo" por un momento, para convertirlo en parte del cielo.
El proyecto es una iniciativa de la pintora Ana Teresa Fernández, originaria de Tampico, pero que en la actualidad radica en San Francisco, el cual consistía en pintar de azul la valla de acero oxidado para darle un rostro diferente.
"Borrando la frontera es una protesta política, pacífica y artística, una manera de eliminar ese símbolo de separación emocional y física, algo que nos está diviendo", dijo Fernández en entrevista para la cadena de televisión Univisión.
Esta iniciativa se realizó en Agua Prieta, Mexicali, Naco y Ciudad Juárez, atrayendo a muchas personas para colaborar pintando un pequeño tramo de la frontera.
El pasado 9 de abril se desarrolló en secciones de la valla fronteriza de Mexicali (Baja California-California), Agua Prieta (Sonora-Arizona) y Ciudad Juárez (Chihuahua-Texas).
En Chihuahua participó Fernández en colaboración con organizaciones locales y familiares de las víctimas de los femenicidios.
En Agua Prieta la artista Jenea Sánchez estuvo a cargo asistida por el movimiento ArtWalk on G y la Casa de la Cultura.
Y en Mexicali el trabajo lo dirigió María Teresa Fernández (madre de Ana Teresa) junto a las organizaciones Ángeles de la Frontera y Los Jardines de la Comunidad.
Conforme fueron pasando las horas, el trabajo fue cambiando el panorama. La impulsora del proyecto aseguró que muchas personas se acercaron hasta su obra convencidos de que, de repente, se habían desvanecido partes de la cerca fronteriza o que la estaban retirando.
"Me lo decían emocionados por la idea de no tener ese obstáculo entre dos países", mencionó Ana Teresa Fernández.
UNA HISTORIA COMÚN
Al igual que muchas personas que emigran a los Estados Unidos, Ana Teresa tuvo que esforzarse para lograr su sueño. Emigró a los 10 años a San Diego, California y posteriormente a los 20 se fue a estudiar San Francisco, donde vive y trata de aportar su arte para crear conciencia de la vida de los migrantes tanto en el lado de México como en Estados Unidos.
"Cuando me vine a estudiar trabajé en un café donde convivía con gente maya de Yucatán, con salvadoreños, guatemaltecos, y empecé a escuchar todas estas historias de la frontera y la polémica de la inmigración, de la travesía que hacen, que arriesgan su vida para llegar a este país por una vida mejor", recordó.
Fue entonces que Fernández empezó a interesarse más en el tema y decidió crear este proyecto artístico: "Para que cuando la gente que viene de lejos, vea que el cielo continúa por encima de esa cerca", comentó a la televisora estadounidense.
Esta experiencia artística y civil fue transmitida por Periscope y seguída por a través de las redes sociales en ciudades como San Francisco, Nueva York, Boston, Berlín, Viena, entre otras.
El mensaje es claro, las fronteras más que dividir a los pueblos los unen y eso fue lo que hicieron los participantes, "yo estoy tratando de borrar esas barreras para podamos entendernos", dijo la artista. (Con información de Univisión y Notimex)
