El Papa Francisco encabeza una misa más en su paso por México, en esta ocasión en Morelia, Michoacán.
El pontífice inició hoy su quinto día de la visita en nuestro país al trasladarse desde la Nunciatura Apostólica hasta el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para viajar hasta la capital michoacana.
Al arribar, Francisco fue recibido por el gobernador Silvano Aureoles y el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda.
El jerarca católico recibió una guitarra de Paracho, mientras en un templete, personas interpretan la típica danza de Los Viejitos de Jarácuaro, y niños ataviados con trajes típicos del estado lo saludaban y vitorean.
Después de un viaje en helicóptero hasta donde lo esperaba el papamóvil, recorrió las calles de la ciudad rumbo al estadio "Venustiano Carranza" entre porras y gritos de feligreses.
En dicho centro deportivo oficia una misa ante sacerdotes, religiosos, consagrados, y seminaristas.
"Papa Francisco: dime cómo rezas y te diré cómo vives", expresó el obispo de Roma al inicio de su intervención.
Añadió a los curas que "nuestra primera llamada es aprender a decía 'Padre nuestro'" y les pidió que no sean "funcionarios" de lo divino, ni "empleados de Dios".
Expresó que una de las armas preferidas del demonio es la resignación, ya que "nos paraliza... nos impide no sólo caminar sino también hacer camino.. una resignación que no sólo nos atemoriza, sino que nos atrinchera en nuestra sacristía".
Hizo un llamado a los religiosos a no caer en la tentación de la resignación de la violencia, la corrupción y el tráfico de drogas.
"No nos dejes caer en la tentación de la resignación... de la pérdida de la memoria, de olvidarnos de nuestros mayores que no enseñaron a decir 'Padre nuestro'", puntualizó.
El Papa encabeza una misa ante líderes religiosos en el estadio 'Venustiano Carranza'. (ESPECIAL)