El pontífice argentino bendijo y besó a varios niños que estaban a los lados de las puertas de la nunciatura apostólica. (ESPECIAL)
El automóvil con el Papa Francisco a bordo ingresa a la sede de la nunciatura apostólica, luego de la misa que ofició este sábado en la Basílica de Guadalupe.
La gente que esperó su llegada en las afueras de la representación vaticana en el país, aplaude, grita porras y pide la bendición del jerarca de la Iglesia católica, mientras éste sonríe y saluda.
El pontífice argentino bendijo y besó a varios niños que estaban a los lados de las puertas de la nunciatura apostólica, a quienes también les ha repartido rosarios.
Luego se despidió con la mano de las decenas de personas reunidas en ese sitio, que con esperanza cantan y confían en que el líder católico nuevamente salga y les dé un mensaje, como ocurrió la noche del viernes.