El Papa Francisco arribó esta mañana al Palacio Nacional para la ceremonia de bienvenida que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto tras su llegada anoche al país.
A las 8:40 horas de este sábado, el pontífice salió de la Nunciatura Apostólica, donde se hospeda, para dirigirse a su primer acto oficial en la Ciudad de México.
Al salir del lugar, Francisco se acercó a saludar a los fieles que lo esperaban desde la madrugada para después abordar el papamóvil, en el que recorrió las principales avenidas de la capital ante miles de personas que se volcaron en las calles para verlo.
Tras más de media hora de recorrido, el Papa finalmente arribó a las 9:28 y fue recibido por Peña Nieto y su esposa a la entrada del Palacio Nacional.
A su entrada al Patio Central del inmueble, se escucharon los himnos nacionales de México y El Vaticano y enseguida, Francisco saludó a cada uno de los integrantes del gabinete presidencial, luego de que anoche hiciera lo mismo en el AICM.
Después este recibimiento, el Papa y el presidente iniciaron su reunión privada en dichas instalaciones.
Durante su paseo por las instalaciones del Palacio Nacional, Peña Nieto le mostró al líder de la iglesia católica los murales del mexicano Diego Rivera.
'MÉXICO LO QUIERE'
El presidente Enrique Peña Nieto fue el primero en hablar ante cientos de invitados de la clase política del país, y dijo que hoy es un día de entusiasmo para los mexicanos y aseguró que el pueblo esta emocionado por tener al pontífice aquí.
"México lo quiere, México quiere al papa por su sencillez, por su bondad y su calidez", expresó el mandatario.
Indicó que su pontificado ha llegado en momento importante y complejo para el mundo, ya que "la humanidad experimenta cambios acelerados".
El titular del Ejecutivo mencionó que en estos tiempos resurgen "grupos intolerantes que convierten sus fobias en actos de odio".
"Su santidad, estoy seguro que su peregrinar por México será historio, sera luz y guía para millones de mexicanos".
Añadió que "las causas del Papa, son también las causas de México" y aseveró que dejará una profunda huella en el corazón de los ciudadanos.
'VENGO COMO HIJO'
Al tomar la palabra, el pontífice agradeció las palabras de bienvenida y dijo que viene a este país como misionero, "pero también como hijo que quiere rendir homenaje a su madre, la Virgen de Guadalupe y dejarse mirar por ella".
El Papa recalcó que un pueblo con juventud es capaz de renovarse y transformarse, además se refirió a que la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico y la exclusión de las culturas diferentes.
Expresó que en el esfuerzo de la edificación de la civilización del amor, el gobierno mexicano puede contar con la colaboración de la iglesia católica.
"Me dispongo a recorrer este hermoso país como misionero y peregrino", dijo para añadir que en estos días quiere renovar con los mexicanos la experiencia de misericordia.
Aseguró que no hacen falta leyes, sino responsabilidades.
Después de los discursos, el líder católico abordó el papamóvil para recorrer el zócalo, donde volvió a ponerse un sombrero de charro que le entregó una persona en la calle.
Ante el sonar de las campanas de la Catedral Metropolitana, Jorge Mario Bergoglio ha ido saludando a los miles de fieles que que gritan a su paso.
El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, esperó a Francisco tras el paseo y luego de un breve diálogo, le hizo entrega de las llaves de la Ciudad de México.
Enseguida, ingresó a la Catedral Metropolitana para sostener un encuentro con obispos. Frente al altar ha dedicado unos minutos para orar.
En el encuentro de carácter semiprivado participan 100 invitados de la Conferencia Episcopal y 50 familiares de canónigos de la Catedral, según informó en su momento el director general de Comunicación Social del Arzobispado de México, Hugo Valdemar Romero.
El cardenal Norberto Rivera le dio la bienvenida y pronunció que “México ha permanecido fiel a Jesucristo, a Santa María de Guadalupe y al Vicario de Cristo”.
"Les ruego no minusvalorar el desafío ético y anti cívico que el narcotráfico representa para la entera sociedad Mexicana, comprendida la Iglesia", exclamó el obispo de Roma.
Después de su encuentro, Francisco se dirige de regreso en automóvil compacto a la Nunciatura Apostólica, donde comerá esta tarde.
En medio de porras y gritos, ingresó a la sede a las 13:04 horas. En esta ocasión no se bajó a saludar.
El Papa dijo que viene a México como hijo a rendir homenaje a su madre, la Virgen de Guadalupe. (ESPECIAL)