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RUMBO AL CENTENARIO / Leonardo Zuloaga.- Su llegada a Hornos

Gildardo Contreras Palacios

Leonardo Zuloaga aparte de sus ocupaciones cotidianas estaba también al pendiente de sus hermanos y sobre todo de su hermana que vivía en Durango; y por haber pasado en dicha ciudad buena parte de su juventud, eran frecuentes sus visitas a dicha población. En sus viajes de Parras a Durango la Hacienda de Hornos -hoy ejido Venustiano Carranza situado a 15 Km. al poniente de Viesca, Coah.- era paso obligado en su recorrido, por lo que pudo conocer perfectamente lo ameno del lugar con agua en abundancia, tierras suficientes y muy feraces, dispuestas a tratar de sacarles el máximo provecho agrícola posible.

En los inicios del segundo tercio del Siglo XIX la Hacienda de Hornos era propiedad de doña Pilar Flores, viuda de don José María Herrera, quien murió en el año de 1829. Dicho señor había heredado la hacienda de su tío abuelo, el señor cura de Parras don José Dionisio Gutiérrez del Río, quien la adquirió en 1787, de la Junta de Temporalidades, a la cual pasó en el año de la expatriación de los jesuitas (1767) por haber sido posesión del Colegio de la Compañía de Parras, y que a su vez la habían adquirido de Juan de Nava, su primer propietario. En 1777, hubo un intento de compra por parte de don Teodoro de Croix, primer comandante de las Provincias Internas de la Nueva España, pero el trato que realizó fue deshecho por su sucesor en el cargo don Felipe Neve, que alegó que don Teodoro, había sido engañado en la operación.

A la muerte de don José María Herrera, las finanzas de la hacienda no andaban del nada bien y en 1831 su viuda, convocó a todos los acreedores de la hacienda para pagarles su adeudo hasta donde alcanzaran los fondos que en ese tiempo se tenían. En el año de 1833 doña Pilar Flores vendió algunas porciones de terreno a Juan de Dios Pradel y a Diego Grant. Es factible que aquella situación de apremio económico de la viuda, provocaron en Zuloaga el deseo de poder comprar algún día Los Hornos; fue hasta marzo de 1841 cuando Felipe Flores en su representación compró la hacienda y sus ranchos adyacentes; algunos de esos terrenos se compraron a Carlos Borke que los había adquirido de Pradel y Grant. En ese mismo año Leonardo y su esposa se fueron a vivir a la hacienda. Según palabras posteriores del mismo Zuloaga, él y su esposa llegaron allí en el mismo año de su compra y ?levantó casi con sus manos? lo que se conoció como la casa grande, mientras que Luisa con esmero y trabajo se encargó de dotarla de muebles y comodidades; mansión que fue su hogar durante los 22 años siguientes.

Cuando los Zuloaga Ybarra llegaron a Hornos la gente se dedicaba principalmente a la agricultura y allí se cultivaba: trigo, maíz, frijol, chile, garbanzo, chícharo y algodón, como se había hecho desde siempre; había otros individuos que se encargaban de la manufactura de telas de algodón y al curtido de pieles para la fabricación de gamuzas. Por otra parte existía la cría de ganado caballar, ovino, caprino, vacuno y mular, en ese orden de importancia y el lugar era habitado aproximadamente por un millar de habitantes que por lo general eran sirvientes de la hacienda y estaban distribuidos en cerca de 120 domicilios.

Sin embargo, lo principal que hizo Zuloaga al llegar allí fue el de empezar a sentar las bases de lo que con el paso del tiempo sería un verdadero emporio agrícola y ganadero del suroeste de Coahuila, mediante la aplicación de nuevas técnicas de cultivo y de irrigación que él en lo personal conocía.

En ese tiempo ya existían más al poniente de Hornos entre otros poblados, los denominados: El Gatuño (hoy Villa de Congregación Hidalgo), Villa del Arenal (hoy San Juan Nepomuceno de la Carrera) y Vega de Marrufo (hoy San José de Matamoros). Dichas tierras, consistían en 11 sitios de ganado menor que fueron adjudicados a sus pobladores mediante decreto expedido el 14 de septiembre de 1832 por el Gobierno del Estado de Coahuila; sus habitantes eran campesinos que en su gran mayoría fueron si no ellos, sus descendientes de aquéllos que habían sido expulsados de Los Hornos en el año de 1808, por José María Herrera.

Y aquí llegamos al punto de partida de nuestro primer artículo, cuando en abril de 1848, Leonardo Zuloaga y Juan I. Jiménez compraron a los Sánchez Navarro la hacienda de San Lorenzo de la Laguna; año en el que de acuerdo al censo de población levantado por el señor cura de Viesca don Anacleto Lozano en ese mismo año, existían en la región de Viesca y Matamoros -incluyendo la hacienda de San Lorenzo de la Laguna- un total de 1175 domicilios con 7,297 habitantes, sin tomar en cuenta cerca de 1,000 personas y 120 domicilios de la Hacienda de Hornos, que no aparecen en el citado censo.

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