Los dramas modernos de Farhadi

Conforme la obra de Asghar Farhadi crece queda en evidencia su predilección por los dramas modernos. Esos donde no hay maniqueísmos ni oráculos. En ellos ningún personaje representa la luz o la oscuridad. Mucho menos están hechos para un público infantilizado. A propósito de Elly, su cuarto largometraje y un ejemplo de lo anterior, empieza a darle fama en el circuito de festivales. Pero Una separación se convierte, un par de años después, en su película más premiada y conocida a nivel mundial.

UNA DESAPARICIÓN JUNTO AL MAR

A propósito de Elly arranca de forma muy simple: un grupo de amigos decide pasar el fin de semana a las orillas del Mar Caspio. Entre ellos va una extraña. Elly, la maestra de sus hijos, ha sido invitada por Sepideh con la intención de que conozca a un recién divorciado del grupo. Sin embargo, los amigos saben muy poco sobre ella. Al segundo día la trama da una vuelta de tuerca cuando Elly desaparece. Más tarde saldrá a la luz información a propósito de esta mujer culminando en una serie de recriminaciones y angustias. El tono del filme cambia por completo luego de la desaparición. El contraste con la festividad de la primera mitad del filme no puede ser mayor.

Cuando entre en escena otro personaje masculino, un hombre ligado a Elly, todo se centrará en el honor. Mientras en la primera mitad nos damos cuenta de que los personajes son capaces de habitar en cualquier sociedad del planeta, durante la segunda el realizador aterriza en su país. Farhadi enmascara el comentario sobre la desigualdad entre hombres y mujeres con una historia donde destaca el suspenso. Por debajo de la técnica se agazapa un drama humano y realista. Las cuestiones de honor se interponen en el camino hacia la verdad, la cual para desgracia de los presentes no será nada fácil de digerir.

DOMESTICIDAD DEVELADA

Un hombre y una mujer se hallan ante un juez para solucionar su problema. Para la pareja será medular ya que atañe a la vida de la domesticidad. Para los espectadores, al principio, surge como una banalidad. Poco a poco y a lo largo de esta secuencia empezarán a involucrarse. El juez no ve motivo para el divorcio. Él se llama Nader. Ella, Simin. Y viven en Irán, país sobre el cual el pensamiento occidental desconoce mucho. La ausencia de expectativas por parte del espectador es la mejor carta que juega Farhadi para mantener al público en suspenso. Lo de verdad destacable es que Una separación va mucho más al fondo y no se detiene en lo superficial.

Simin se va a casa de sus padres para presionar. Ni Termeh, la hija, ni el esposo pueden ocuparse del abuelo durante el día. Ahí está la preocupación central para el hombre. En una de las habitaciones se halla su padre enfermo que lo ancla al país de origen. A través de una recomendación Razieh llega al hogar de los Lavasani. De su mano, siempre, la pequeña Somayeh. A pesar de sus creencias, Razieh acepta trabajar para un hombre separado y cuidar del abuelo. Luego de una serie de jugadas del azar y de no escasos malentendidos, el asunto terminará en pesadilla. Sobre todo, cuando Hodjat -el fanático esposo de Razieh- se entere del arreglo tras un accidente de consecuencias desastrosas.

Nader y Simin pertenecen a una clase social acomodada. Simin es una maestra de inglés que se atreve a dejar al descubierto parte de su cabellera de fuego. Está dispuesta a poner en riesgo su matrimonio con tal de darle una vida de mayor libertad a Termeh en otro país. Nader es un empleado de banco atrapado entre la traición patriarcal y el amor que le profesa a su hija. Las esperanzas de ambos están puestas en la inteligencia de Termeh. Los Lavasani forman una familia mucho más progresista que la otra pareja. En la casa de Razieh y Hodjat habitan con persistencia el fanatismo y la pobreza. Cerca de ellos acechan los acreedores que amenazan hasta con la cárcel.

Presente se halla en el filme el tema de la lealtad. Tanto como la manipulación dentro de la célula familiar. Un instante trágico emerge cuando Termeh recibe un golpe terrible al darse cuenta de que su padre ha mentido. El colmo viene cuando, por lealtad y sobre todo para no perderlo, Termeh perpetúa la mentira frente a un juez. Aunque lo parezcan, los giros no son los de un thriller pues están relacionados con los lazos de solidaridad y con la culpa que une a estos seis personajes. Muchos de los temas de Una separación podrían aplicarse a cualquier país del tercer mundo. Aunque por el ingrediente religioso la cinta de Farhadi sólo pudo haberse filmado en Irán. Pero su tino a la hora de tratar temas como la lealtad, la culpa, la justicia, la verdad y la familia la convierte en una cinta universal, digna representante de su país y con el poder de convocatoria para un público pensante en todos los rincones del planeta.

FAMILIA RECONSTITUIDA EN PROBLEMAS

En 2013 Farhadi presenta durante el festival de Cannes El pasado, filme por el cual Bérénice Bejo ganara el premio a la mejor interpretación femenina. Aunque no se encuentra a la altura de su crédito precedente, Farhadi continúa presentando dramas familiares de notable potencia. Y por primera vez el realizador filma lejos de casa, en otro idioma. El pasado, cuyo punto de partida ocurre en un aeropuerto, muestra los conflictos derivados de relaciones todavía no cerradas.

Una mujer le hace señas a un hombre que acaba de bajarse de un vuelo proveniente de Teherán. Por la cordialidad parecieran esposos que se rencuentran. Pero es todo lo contrario. Ahmad regresa a Francia tras años de ausencia para firmar el divorcio. A Marie le urge darle fin a la relación anterior para casarse con Samir. Ella trabaja en una farmacia y ha conocido al dueño de la tintorería porque él iba a comprarle medicinas contra la depresión a su esposa Céline. El asunto se complica más al agregar a los hijos de este intento de familia reconstituida. Por un lado, las dos hijas de Marie, ambas producto de un matrimonio anterior al formado con Ahmad. A pesar de no ser sus hijas, Lucie y Léa llevan una relación bastante cordial con el expadrastro. También está quien acaba de mudarse a la casa: Fouad, el hijo de Samir con Céline. Para colmo la madre de este niño se encuentra en coma. Después de dos matrimonios y otro en puerta, a Lucie le preocupa la fugacidad de las relaciones emprendidas por su madre.

Los enredos con los que Ahmad se topa apenas entra a la casa van intensificándose. Pasan de insignificancias domésticas causadas por los niños hasta estallar en el nivel de los adultos sacando así a la superficie ese pasado aludido por el título. Ahmad trata de ayudar y, no obstante sus buenas intenciones, termina por complicar los malentendidos. Ni los niños ni Ahmad están muy contentos con el idilio entre Marie y Samir. Lucie -la hija mayor de 16 años- detesta al novio de su madre, desaparece durante horas y sólo vuelve a casa para dormir. Conforme hable con ella y el trato entre madre e hija se deteriore, Ahmad descubrirá el secreto de Lucie. Mientras tanto, Marie y Samir lidiarán con la culpa suscitada por el hecho de que Céline permanezca en coma. La atmósfera empeora cuando todos se enteren del embarazo de Marie.

Farhadi dirige en un idioma ajeno y filma en Francia lejos de la censura iraní. Esto, sin embargo, no se traduce tan óptimamente a la hora de sopesar el resultado. Algo no embona bien. Además, los vericuetos trazados por estas relaciones se tornan inverosímiles. Uno no puede menos que preguntarse qué otra dificultad le ocurrirá a esta familia en pedazos. Lo anterior no le resta interés a los temas. Entre ellos, las dificultades de familias en proceso de reconstitución. Si a esto agregamos las actuaciones cuya excelencia en ningún momento podrá ponerse en duda, el espectador se halla ante un producto bastante digno. Aunque no tan impactante como Una separación.

FILMOGRAFÍA (TABLA)

Baile en el polvo (2003).

Ciudad hermosa (2004).

Fireworks Wednesday (2006).

A propósito de Elly (2009).

Una separación (2011).

El pasado (2013).

Twitter: @mbaezduran