"Era lindo mi caballo, era mi amigo más fiel. Ligerito como el rayo, era de muy buena ley…".
El perro es el mejor amigo del hombre, eso nadie lo discute, pero si lo pusiéramos en competencia con el caballo, ¡quién sabe cómo le iría! Porque el caballo ha probado muchas veces ser además de amigo fiel, un gran compañero y un siervo valiente y abnegado que puede llegar incluso al heroísmo por salvar a su amo de algún peligro.
"Caballo prieto azabache, cómo olvidar que te debo la vida…".
¡Quién podría imaginar a Alejandro el Magno sin Bucéfalo, al Cid Rodrigo Díaz de Vivar sin Babieca o al Caballero de la Triste Figura -Don Quijote- sin Rocinante! Al Centauro del Norte se le asocia con "Siete Leguas" porque dice la canción que era el caballo "que Villa más estimaba…"!, aunque seguramente al equino le hubiera gustado aclarar que no era caballo, sino yegua.
Al caballo en latín se le llama equus, de donde derivan vocablos como equino y ecuestre, que es lo relativo a la equitación, es decir, el arte de montar el caballo. En griego, el caballo es hippos, raíz de palabras como hipódromo, hípico e hipopótamo, cuyo nombre se refiere a un caballo de río.
Curiosamente, caballo fue la palabra que se nos quedó para designar a un animal que puede tener tan bella estampa, a pesar de que el vocablo latino caballus se refiere a un animal flaco y de bajo precio, a un jamelgo, palabra que proviene de famellicus, que en latín quiere decir hambriento.
"Vinieron a las carreras el Relámpago y el Moro, dos caballos de primera…".
Otro dato curioso es que la hembra del caballo no sea la caballa, que en el idioma actual no se refiere a un mamífero, sino a un pez muy apreciado para su consumo. La hembra del caballo, -todos lo sabemos- es la yegua, cuyo nombre deriva del mismo vocablo latino equus y que con el tiempo pasó a ser yecus, yecua y finalmente yegua.
Del nombre del caballo, obviamente surge el del caballero, que ahora se refiere a cualquier varón, pero que en un tiempo era un hidalgo de calificada nobleza.
"Este es el corrido del caballo blanco que en un día domingo feliz arrancara…".
En una azarosa gira que hizo José Alfredo Jiménez cuando apenas empezaba a ser famoso, iba con sus músicos en un viejo y achacoso auto Chrysler 57', y en la aventura se inspiró para componer un corrido. Nada más que para hacerlo más folclórico, cambió al protagonista de la historia y el viejo auto se convirtió en un heroico caballo blanco que "cojeaba de la pata izquierda" y que "llevaba todo el hocico sangrando", cuando lo que en realidad pasó fue que al carricoche se le ponchó una llanta y además se iba calentando en exceso porque "llevaba todo el radiador chorreando".
Hay mucho más que decir del caballo, pero el espacio se acaba. Ya nada más le digo que en la televisión fueron famosos "Silver", el cuaco del Llanero Solitario, y "Míster Ed", un cómico caballo que tenía la facultad de hablar.
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
¿Cuál es la palabra correcta, pantuflas o pantunflas? Si es pantuflas, he vivido engañada toda la vida. Margarita Saldaña.
RESPUESTA:
Lo siento, pero efectivamente, lo correcto es pantuflas.
Reflexión para irnos: La memoria es el único paraíso del que no pueden expulsarnos. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
