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POSDATA SECRETARIAL

¿FASTIDIADA DE TU TRABAJO?

Profra. Pilar D. R. de López

Si para ir a tu trabajo cada mañana tienes que hacer un esfuerzo, es tiempo que averigües por qué tu corazón no está donde está tu cheque de pago.

Esta es una guía para comprender -y conquistar- ese malestar crónico de tus deberes. Pon atención a las siguientes señales de peligro:

1. SOSPECHAS QUE NO ESTÁS LLENANDO LA MEDIDA. Ese sentimiento de incompetencia puede ser debido a una certeza reprimida de inseguridad. Te están llegando sutiles mensajes de que tu trabajo deja mucho que desear. Sería aconsejable que le preguntaras a tu jefe su opinión respecto a tu actuación-si piensa que tu trabajo llena todos sus requisitos.

2. NO HACES CLICK CON TU JEFE. Si tu trabajo es satisfactorio pero no hay empatía en tus relaciones con tu jefe, tu estilo personal y el de tu jefe son incompatibles. El problema puede ser un choque de personalidades o unas expectativas irreales de tu jefe. Sería aconsejable que hablaras con el encargado de recursos humanos para exponerle tu problema y pedirle orientación. Si no se obtienen cambios en sus relaciones sería bueno buscaras nuevos horizontes.

3. NO HACES CLICK CON TUS COMPAÑEROS. Tus colegas no tienen que ser tus mejores amigos, pero si tú eres en lo general muy abierta y calurosa y ellos son reservados e indiferentes, es muy probable que causen un impacto negativo en tu estado de ánimo. Posiblemente te sientes en un ambiente que no alimenta tu propio yo. Lo más probable es que no seas feliz hasta que encuentres un medio apropiado a tu personalidad.

4. TU VIDA PERSONAL ES CAÓTICA. No desestimes las tensiones de tu vida personal en tu actitud hacia el trabajo. Si acabas de tener un bebé, por ejemplo, o estás a punto de mudarte de casa es muy probable que te sientas abrumada en la oficina. Para ayudarte a recuperar tu serenidad y perspectiva, haz una lista de actividades en las que estás enrolada, pon un signo de más o de menos en cada una de ellas, dependiendo qué tan positiva o negativamente te afectan. Elimina las negativas. Programa cuando menos una media hora para dedicarla a ti. Esto puede ayudarte a destensionarte. Emplea ese tiempo en leer, meditar, recostarte.

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