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Educación pública: la gran mentira

Con/sinsentido

MIGUEL FRANCISCO CRESPO ALVARADO

Nos equivocamos al pensar que la diferencia entre lo público y lo privado radica en la propiedad. Es falso que un bien cuya potestad la tiene un particular sea necesariamente "privado", como también lo es que aquello cuya administración la ejerce el Estado es "público" de manera automática. Ejemplifico.

Un baño ubicado en un gran centro comercial, propiedad de un consorcio de tiendas, es un bien público. Lo es porque está dispuesto allí para satisfacer las necesidades de una comunidad. Todos, no sólo los responsables de su mantenimiento, deberíamos procurar dejarlo impecable cada vez que los usamos, por el simple hecho de saber que es un bien que también pertenece a los demás. En contraste, el baño situado en la oficina del secretario Chuayffet - recuerdo, sólo estoy ejemplificando - es un bien privado en tanto sólo él puede usufructuar sus beneficios.

Lo que quiero ilustrar es que el carácter público o privado de un bien se define por aquellos que se benefician de él. Lo público es lo que se coloca al servicio de la totalidad de los miembros de una comunidad.

Por eso, se nos miente cada vez que se dice que la educación no se privatizará - como hizo Peña Nieto esta semana - porque la educación en México tiene décadas de ser un asunto estrictamente privado.

Cada quién decide sobre la formación que recibirán sus hijos. Cada persona, llegado su momento, elige qué estudiar y para qué. Pero muy difícilmente se piensa en función del beneficio común que se logrará con lo aprendido individualmente.

Si la educación en México fuera realmente pública, un asunto primordial en la enseñanza sería la manera en que cada aprendizaje adquirido es puesto al servicio de los otros y de la nación. En otras palabras, tendría que haber un claro proyecto de patria al que todos los individuos nos fuéramos sumando en la medida de que nuestra instrucción se fuera dando.

En México eso es utopía pura y en su lugar tenemos una educación cada vez más privada, convertida en jugoso negocio para autoridades, líderes magisteriales, directivos de las universidades "públicas" y dueños de grandes colegios y universidades corporativas.

Esta semana la Auditoría Superior de la Federación reportó que la mayor cantidad de recursos desviados por los gobernadores de los estados se presentaron en las carteras de Salud, Educación y Seguridad... ¿Qué no se privatizarán esos servicios?

A otro perro con ese hueso.

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