Cultura

Las palabras tienen la palabra

No se canta sólo por cantar

JUAN RECAREDO

Creo que hay muy pocas personas en el mundo a las que no les guste cantar. Recalco que dije "a las que no les guste cantar" porque no me refiero a que sepan o no sepan hacerlo. Hay mucha gente a la que le gusta mucho cantar, aunque al hacerlo parezca becerro bramando. El karaoke en la fiesta se convierte en un instrumento de tortura cuando uno de estos especímenes toma el micrófono y después no lo quiere soltar.

Pero no nos enfoquemos a lo negativo. El hecho de cantar generalmente es una muestra de alegría aun cuando no haya críticos cerca y que solamente sean las húmedas paredes del baño las que soporten nuestros felices alaridos.

"De la sierra morena, cielito lindo andan bajando un par de ojitos buenos, cielito lindo que van llegando…".

O sea, que el improvisado cantante ni siquiera sabe la letra correcta a pesar de ser una canción tan popular en el mundo. Peores son los que agarran la onda operística al compás del ruido de la regadera:

"La dona inmóvile, quial puma invento, muy malatento edy panchero…".

Una gran diferencia con el original en italiano que dice

"La donna é mobile qual piuma al vento, muta d→ accento e di pensiero…", (la mujer es voluble como una pluma al viento, cambia de palabra y de pensamiento).

Pero en fin, sea como sea, eso es cantar. Más o menos, porque en realidad cantar se define como "producir sonidos melodiosos con la voz…".

Decimos también que algunas aves cantan y a las que lo hacen les llamamos aves canoras… cuando la verdad es que más que cantar, los pájaros silban.

Los que cantan, pero no de alegría, son aquéllos que son capturados por la policía y luego les hacen "cantar" (confesar hasta las culpas que no cometieron) con métodos muy efectivos aunque poco ortodoxos, como el tehuacanazo o los toques eléctricos en los "desos".

Está el canto del cisne que es como se le llama a la última obra de un artista, porque se dice que el cisne, antes de entregar el equipo se arranca "cante y cante". El canto de las sirenas, que era con el que esos bellos seres mitológicos pretendían seducir a los marineros y que ahora en sentido figurado es un discurso que de alguna manera también busca la seducción de alguien, y están también los cantos gregorianos, que le dan a cualquier ceremonia religiosa una gran solemnidad.

Permítame citar también el "Cantar de los Cantares", que es uno de los libros de la Biblia, y el cantar de gesta, que era una poesía popular en la que se referían hechos de personajes históricos, legendarios o tradicionales.

Y podríamos hablar de la cantata, de la cantina, el cante "jondo" y el cante flamenco. Podríamos hablar también aquí de la cantimplora, pero eso… eso ya es "otro cantar".

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es [email protected]

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

¿Cómo se conjuga el verbo diferenciar? ¿Se dice en qué se diferencian o en qué se diferencían? Alicia Morales.

RESPUESTA:

Lo correcto es, ¿en qué se diferencian? Sin acento en la segunda i.

Reflexión para irnos: Las tierras pertenecen a sus dueños. El paisaje es de quien sabe apreciarlo. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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