A las 80 años de su edad Don Juan escribió sus memorias.
En sus páginas habló de todas las mujeres a las que sedujo. No puso nombres, claro -Don Juan fue siempre un caballero-, mas describió en detalle su relación con ellas.
Recordó a aquella dama de la reina a la que hizo el amor en el aposento contiguo al de la soberana.
Mencionó a la esposa de aquel rico hombre a la que poseyó en el lecho conyugal mientras al lado roncaba su marido.
Evocó a la ingenua muchacha campesina que al principio se le resistió y que le dijo luego: "¿Lo hacemos otra vez?".
A todas las mujeres que amó citó en su libro, que resultó por eso un robusto volumen.
A los pocos días de la aparición de la obra una muchedumbre de furiosas féminas se reunió al pie del balcón de Don Juan. Todas le gritaban indignadas:
-¿Por qué no pusiste nuestros nombres?
¡Hasta mañana!...