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I.- Gasolineras, impunidad. II.- Miguel A. Riquelme.

Mirando a fondo

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

ENTRADA.- La corrupción en este país es como la humedad en los muros. Va corroyendo las paredes y cimientos de las instituciones de cualquier edificación creada y pensada para ser sólida e inexpugnable. La corrupción parece que está inserta hasta los mismos huesos de los mexicanos y en lo más profundo de su idiosincrasia. Las causas son tantas que serían necesarios innumerables estudios y ensayos para analizarla y entenderla.

SOPA.- El tema viene a cuento con motivo del escándalo que denunció la Procuraduría Federal de la Defensa del Consumidor en nuestra comarca la semana pasada. Por lo pronto, la Profeco dio a los medios la lista de las estaciones de gasolina que vendían litros de 900 mililitros. Por ello se les inmovilizaron algunas bombas expendedoras, y además fueron sancionados administrativamente con una multa de tipo económico y ahí murió el asunto.

La realidad es que la conducta de los gasolineros defraudadores tipifica de manera muy clara el delito penal previsto en el código de la materia en Coahuila: El robo o fraude a los automovilistas no es una mera falta administrativa como lo resolvió Profeco y sancionarlos con una simple multa: se trata de un fraude perfectamente tipificado y su obligación hubiera sido denunciarlo al ministerio público.

Según los códigos penales y la doctrina jurídica, son elementos del delito de fraude: 1.- Cualquier conducta engañosa que produzca en la víctima un estado subjetivo de error; o bien, cualquier conducta de aprovechamiento en que el sujeto pasivo del delito se encuentre por error y maquinación (del gasolinero) que permite un lucro indebido haciéndose ilícitamente de una cosa y alcanzando un lucro indebido; finalmente el ánimo de lucro, o sea la intención de obtener para sí o para un tercero una ventaja patrimonial indebida. Más claro imposible, es más, se trata de fraude maquinado que alcanza pena agravada.

Multar a los defraudadores gasolineros con una simple multa de carácter administrativo, es otra de las mil caras de la corrupción en este país.

Tema similar sería al reiterado fraude de algunos expendedores de gasolina, es la "ordeña" de los ductos de Pemex. Si la paraestatal rescindiera ipso facto la concesión de las gasolineras que venden hidrocarburos robados, como es su obligación, se podría acabar en un solo día con este otro flagelo de la corrupción, pero todos se hacen como si la Virgen les hablara. Son los enormes intereses económicos que están involucrados en esta larga cadena de corrupción e impunidad que hacen materialmente imposible que sea erradicada.

PLATO FUERTE.-Asunto de varias aristas, diversas opiniones y puntos de vista ha sido la reconversión tecnológica (Led) del alumbrado público en nuestra Ciudad de Torreón. Se trata de una obra pública complicada y compleja.

La última obra que se hizo de esta envergadura fue hace 69 años, cuando el gobernador Raúl López Sánchez introdujo la luz mercurial en nuestra ciudad, toda una novedad de modernidad para su tiempo y que ninguna otra población del país tenía.

Sin dejar de reconocer que la ciudadanía tiene todo el derecho de vigilar su ejecución, su desarrollo, que se cumplen las obligaciones contraídas en la licitación otorgada a los contratistas; que se transparenten sus costos reales y los gastos justificables de la obra, sería también importante reconsiderar nuestra visión como sociedad sobre esta obra.

Dicen que la burra no era arisca, que la hicieron, y tienen toda la razón. Por principio la obra no salió con el pie derecho. Ha sido varias veces cuestionada por algunos grupos políticos, organizaciones sociales y empresariales quizá con razón, pero finalmente es una obra que a la larga beneficiará a nuestra ciudad.

Para los servicios municipales es importante tener un alumbrado público eficiente; para la seguridad pública es determinante contar con un buen alumbrado e inhibir así los robos, los asaltos nocturnos, e incrementar la seguridad en los barrios, plazas y espacios públicos; el nuevo alumbrado es ecológico y ahorrador de energía, pero parece que el alcalde Miguel Ángel Riquelme libra sus diversas batallas por Torreón más bien solo.

POSTRE.- Sin duda esta obra es importante y por lo mismo la sociedad deberá estar activa y vigilante de su transparencia; pero también podríamos concederle al alcalde (por ahora), el beneficio de la duda.

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