Hoy miércoles 29 de julio, en librerías Gandhi, el showman Rogelio Ramos y yo presentaremos el libro Capital erótico (Ed. Penguin Random House, México, 2014) de la socióloga londinense Catherine Hakim. La entrada es libre. Comenzaremos a las 7:30 p.m. la reseña musical de la obra. Aquí, una breve mirada introductoria.
Los interiores de Capital erótico están impresos en letra muy pequeña. Quizá fue adrede. Como si tratara de desafiar al morbo que despierta su portada y comprobar a qué tanto se atreven los ojos del lector potencial.
También, propina una dosis de coquetería exprés la frase que acompaña al título, El poder de fascinar a los demás. Está colocada por encima de una boca entre abierta, de labios en terso rojizo, mordelona del dedo índice de una mano femenina. Borrosa. Casi convertida en vapor.
Los ojos lectores deciden atreverse. Aquella tipografía chica se vuelve lo de menos y pasa a ser lo de más. La pulsión acelera la química interna. Urge el momento de descubrir. La tarea es tan fácil como acercarle un poco más el libro a la curiosa mirada o ayudarla con un par de lentes de tentación. Los renglones, entonces, se abren de a poco y comienzan a revelar lo íntimo. La caricia de una cuartilla lleva a las otras. El abrazo es capitular. Tiembla la narrativa. Fluye el baile multisensorial.
Así comienza, en realidad, la primera lectura de Capital erótico. Con el vistazo directo a su primera de forros, a su lomo, a sus pies de página, a ese párrafo casi escondido en el centro de sus contenidos. La espalda del texto también muestra lo suyo. Es una contraportada delineada y firme: "El revolucionario libro de Catherine Hakim devela por qué el capital erótico es tan importante en nuestras vidas más allá de los ricos, inteligentes o educados que seamos. A partir de datos y estudios rigurosos, Hakim analiza cómo los hombres y las mujeres aprenden a aprovechar este potente factor, cómo varía entre distintas culturas y cómo afecta a todas las actividades humanas, desde las citas y la reproducción hasta la política, los negocios, el cine, la música, el arte o el deporte".
Un poco para atender la duda personal, un poco para corroborar la fidelidad académica, es necesario profundizar en algo que inquieta al leer Capital erótico. Varios de sus argumentos podrían sonar a gemido por compromiso. A reciprocidad forzada. A besos en el aire. Frases hechas que pudieran poner en entredicho la plena entrega de la autora a la sociología, su ámbito de estudio. Sin embargo, como si se tratara de un típico ritual de conquista, después de una aseveración atrevida, atropellada, casi al punto del rompimiento de la relación libro-lector, la investigadora convoca a teóricos, específicamente a Pierre Bordieu, para reconstruir escenarios culturales, históricos y emocionales impresionantes. En esos párrafos, no sólo salva la potencia de su Capital erótico, sino que por mente y pecho del lector comienzan a desfilar analogías. Aparecen rostros, nombres. Fechas, sonidos. Colores, objetos. Sabores, lugares. Llovizna y tormenta de sentimientos. Libro y lector, uno mismo. Meta cumplida.
La doctora Hakim cuenta con una carrera destacada como investigadora y autora. Forma parte de un grupo selecto de académicos en Londres, el "Think tank" de estudiosos y consultores de primer nivel, donde combina sus experiencias en la Escuela de Economía de Londres y en el Centro de Normas para la Investigación del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales en Berlín, Alemania.
La investigadora londinense define "capital erótico": "he acuñado esta expresión para definir una mezcla nebulosa pero determinante de belleza, atractivo sexual, cuidado de la imagen y aptitudes sociales, una amalgama de atractivo físico y social que hace que determinados hombres y mujeres resulten atractivos para todos los miembros de su sociedad, especialmente los del sexo opuesto. (…) El capital erótico, como la inteligencia, tiene valor en todos los aspectos de la vida, desde la sala de reuniones hasta el dormitorio" (pp. 9-10).
El "déficit sexual masculino", concepto creado por la doctora Hakim, refiere al mayor deseo sexual de los hombres que les "provoca frustraciones desde la juventud y ejerce una influencia oculta en las actitudes masculinas frente a las mujeres, y no sólo en las relaciones privadas" (pp. 10-11). "Déficit sexual masculino" más "capital erótico masculino", una bomba. "Déficit sexual masculino" más "capital erótico femenino", la bomba que harta frecuencia explota.
Disfrutarán los ojos que decidan atreverse a mirar con desenfado las letras chiquitas de Capital erótico. Reconocerán la manera en que una mujer académica explica con respeto la masculinización de las ciencias sociales y el marcado vínculo ausencia-presencia del erotismo en nuestra formación cultural donde el tabú suele ser ley.
Dicen que "todas las puertas se les abren" a los de abundante capital erótico. ¿Todas las puertas? ¿Toda la felicidad? Una vista no menos azuzada y valiente también aquí procede. Porque puede ser que los intereses generados por el manejo de la cuenta personal del capital erótico sean registrados en números y letras aún más reducidas que las del libro de Catherine Hakim. Como esas leyendas que siempre estuvieron ahí, escondidas en los estados de cuenta, pero que no logramos o no queremos ver.
Para leer a Catherine Hakim: su Capital erótico llegó en nueva remesa a librería Gandhi Torreón. Más reseñas de su libro en "El Cultural" (www.elcultural.com/noticias/letras/Que-es-el-capital-erotico/2788), "El País" (elpais.com/elpais/2015/03/02/opinion/1425324233_880002.html), "Letras libres" (www.letraslibres.com/revista/letrillas/el-capital-erotico) y en "El Clarín" (www.revistaenie.clarin.com/ideas/Catherine-Hakim-clave-capital-erotico_0_900509960.html). Los ensayos académicos de la autora pueden ser consultados de manera libre en http://www.catherinehakim.org/.
Twitter: @RenataChapa
