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¿JUSTICIA?

EDUARDO SEPÚLVEDA

"Defender a su hija" le costó la chamba. Miguel Herrera no es más el técnico de la Selección Nacional de futbol. Así tenía que ser; el encargado del primer representativo del balompié de nuestro país no puede andar haciendo esos desfiguros.

No hay cómo defenderlo.

Tratemos de poner las cosas en su justa dimensión. La agresión no pasó a mayores. Unos gritos, unas amenazas, dos, tres cachetadas, un empujón, un golpe. Insultos y nada más.

Pero también llamemos a las cosas por su nombre; el "Piojo" Herrera atentó contra la libertad de expresión.

Suena rimbombante, sí, pero eso fue lo que hizo. Atacar a un narrador porque no le gusta cómo se expresa de él.

Como dice el lagunero Javier Garza, no es más grave que los ataques que a diario libran los periodistas de otras secciones en el territorio nacional (uno de los países más complicados para ejercer el periodismo), pero es un ataque al fin.

Y como anticipaba Garza, "parece que este caso no quedará impune", a diferencia de los asesinatos, desapariciones y agresiones contra los compañeros de la prensa, la "justicia" fue expedita.

De forma casi inmediata, los dirigentes del futbol mexicano, sean quienes sean (televisoras, empresarios, dueños de equipos) decidieron quitar al violento "Piojo". Así tenía que ser.

Ahora sigue pensar con calma que será lo mejor para la Selección. Por ahí se oye Caixinha... ¡aguas!, porque el hoy santista suele "explotar" con la prensa de la capital.

Volviendo a Herrera, en el pasado, tuve dos acercamientos con él, ambos cuando era técnico de Rayados. Recuerdo uno en particular.

Salía de la sala de prensa en el viejo estadio Corona y el "Piojo" atendía a aficionados antes de subir al autobús del equipo visitante.

Me acerqué, curioso. Me tomé una foto y luego fui a lo que iba.

"Miguel, ¿ahí anda Verdirame?", le pregunté señalando el camión.

"¿Sergio?, sí claro", contestó.

"¿Le puedes decir que si viene un poco?", volví a cuestionar.

Herrera subió al camión sin pensarlo: "Sergio, te hablan abajo, ¿puedes venir?".

Y finalmente pude saludar a Sergio Ariel Verdirame, a quien admiré como jugador. El gesto amable del "Piojo" quedó ahí. En el recuerdo.

Pero hoy no hay cómo defenderlo. Tanto deseó dirigir a la Selección que cuando la tuvo, no supo comportarse.

Y es la segunda vez en su carrera que queda fuera del Tri por su comportamiento. Le pasó también como jugador y se perdió el Mundial de 1994.

¿Le seguimos?: @Foko_54.

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