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Ópera Cuatro corridos

El drama del tráfico sexual llevado al escenario

FOTO: Jim Carmody.

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Saúl Rodríguez

Las problemáticas socioculturales en México han llamado la atención de diversos artistas, escritores e intelectuales que han encontrado en ellas una inspiración para sus trabajos. Tal es el caso del tráfico con fines de explotación sexual en el pueblo tlaxcalteca de Tenancingo y su mercado ilícito en Estados Unidos, situación que es representada en la ópera de cámara Cuatro corridos.

El pueblo de Tenancingo, en el estado de Tlaxcala, es considerado como el gran epicentro del tráfico de mujeres con fines de explotación sexual en el país. Esta práctica lleva ejerciéndose desde la remota época prehispánica, cuando la localidad era un señorío independiente. Dicha tradición se distinguía por formar prostitutas que servirían como mercancía de intercambio con las tribus rivales.

Extrañamente, este incidente sigue suscitándose en la modernidad. Desde esta localidad de poco más de 11 mil habitantes, los traficantes reclutan con engaños a mujeres indígenas para posteriormente trasladarlas a la Ciudad de México, Nueva York o a la frontera con Estados Unidos para que ejerzan la prostitución.

El periodista español Ignacio de los Reyes, en su artículo Tenancingo, viaje a la capital de la esclavitud sexual en México, publicado por BBC Mundo el 22 de mayo de 2012, describe que Este lugar (Tenancingo) tiene una larga historia de complicidad con la explotación de mujeres. De aquí han salido las más importantes familias de proxenetas o ‘padrotes’, como dicen los mexicanos, y según el gobierno de Estados Unidos, es el mayor foco de trata de personas en Norteamérica.

Los habitantes de Tenancingo han adoptado la prostitución como un elemento más de su cultura, así como en otros pueblos podría ser la alfarería o la tradición textil. La impunidad que ha permitido el desarrollo y evolución de este fenómeno sociocultural, ha inspirado el proyecto de la ópera de cámara Cuatro corridos, un grito en el escenario que refleja esta delicada situación.

LA INSPIRACIÓN DE VOLPI

El libreto del escritor Jorge Volpi (también director del Festival Internacional Cervantino) se basa en un acontecimiento suscitado en 2001, cuando fue descubierta la red criminal de Julio, Tomás y Luciano Salazar Juárez; quienes llevaban ya 10 años, aproximadamente, secuestrando y prostituyendo mujeres mexicanas en los llamados “campos del amor”, cerca de las plantaciones de fresa en San Diego, California.

Según el artículo Tráfico y explotación sexual de menores en San Diego, publicado en El Universal el 9 de enero de 2003, los hermanos Salazar llegaron a San Diego sin un centavo. Empezaron el ‘negocio’ prostituyendo a sus esposas, ahora sobre ellos corren historias sobre la cruel explotación a menores, los fajos de dólares que se llevan de los campos agrícolas y los castigos que infieren a quienes quieren escapar.

Además, se indica que Tomás fue encarcelado acusado de violencia doméstica y condenado a 20 años de prisión; por su parte, Luciano fue detenido en 2002 en los últimos días de diciembre, pero solo se le presentaron cargos por su condición de indocumentado; mientras tanto, Julio es el único que cuenta con residencia legal en Estados Unidos y posee un negocio de grúas.

Enterarse de este caso, que fue publicado inicialmente en 2003 por The New York Times Magazine, creó en Volpi una singular inquietud que poco a poco fue transformándose en un guión.

Además de la participación del novelista mexicano, la ópera Cuatro corridos se encuentra bajo la dirección artística de la soprano Susan Narucki; la composición de Hilda Paredes, Arlen Sierra, Lei Lian y Hebert Vázquez (cabe señalar que cada uno interpreta a alguno de los personajes femeninos del drama); también están involucrados en la producción musical la percusionista Ayano Katoaka, el pianista Aleck Karis y el guitarrista Pablo Gómez.

Con una duración de una hora, la puesta en escena representa el triste drama de la trata de personas, en este caso mujeres, para fines sexuales. Narucki interpreta en cada una de las cuatro escenas a una mujer y narra un monólogo a manera de corrido.

En la nota Ópera de Volpi sobre tráfico de mujeres, al Cenart de Alida Piñón, publicada en mayo pasado en El Universal, Jorge Volpi comentó: Son cuatro historias, cuatro monólogos de mujeres, dos que son víctimas, una que habiendo siendo víctima, como ocurre muchas veces en el tráfico de mujeres, se convierte en parte de la banda, y una mujer policía […] Los compositores le dieron un lenguaje propio a cada una de las mujeres y este proyecto muestra cómo un tema puede inspirar a muchos artistas.

Al tratarse de una ópera de cámara, en esta solo se personifica a una mujer miembro de la banda de los hermanos Salazar Juárez (Dalia), a la policía de San Diego que descubrió el crimen fungiendo además como narradora de la historia (Rose) y a dos de las jóvenes víctimas de Tlaxcala obligadas a trabajar de prostitutas en San Diego (Azucena y Violeta).

Las mujeres mexicanas, cantan sus textos en español con alusiones al náhuatl, mientras que la policía Rose lo hace en inglés, con algunas palabras en castellano.

La ópera se estrenó en Estados Unidos, en el Conrad Prebys Experimental Theater de la Universidad de San Diego, en mayo de 2013. En México, la primera presentación tuvo lugar el viernes 15 de mayo de 2015 en el Teatro de las Artes del Cenart, en la capital del país.

EN LA VOZ DE NARUCKI

Con un premio Grammy, obtenido en el año 2000, en la categoría Best Classical Contemporary Composition, y nominada en 2002 dentro de la categoría Best Classical Vocal Performance, además de estar consagrada como una de las intérpretes de ópera clásica contemporánea más importantes del mundo, la soprano estadounidense Susan Narucki es pilar fundamental de Cuatro corridos, donde da vida a féminas víctimas de maltrato sexual.

“Yo estoy contando las historias de mujeres cuyas luchas no puedo comprender plenamente. Como ser humano, siento gran empatía por estos personajes y las mujeres reales que simbolizan. Como mujer, me siento indignada. Nunca vamos a avanzar hacia un mundo más allá de la trata de personas si estas mujeres y sus historias permanecen ocultas. Me siento honrada de usar mi voz y mi forma de arte para hacer formar conciencia de su sufrimiento”, comparte Susan Narucki en exclusiva para Siglo Nuevo.

En 2011, Narucki conoció a Jorge Volpi a través del guitarrista Pablo Gómez en la University of San Diego, donde es profesora de música. Volpi llegó en el momento justo en que Narucki y Gómez planeaban crear una ópera de cámara que tratase sobre asuntos fronterizos entre México y Estados Unidos. “Jorge tuvo la idea de crear un libreto sobre la trata de personas que se basa en hechos reales. Por supuesto, me di cuenta de que era un tema muy difícil, pero acepté inmediatamente”, comenta.

Una de las características del libreto de Volpi es la inclusión de formas que se basan en el corrido mexicano, donde cada línea tiene ocho o menos sílabas fonéticas, además, la pieza del compositor Hebert Vázquez evoca el sonido de un tradicional corrido.

“Los corridos se han convertido en una fuerza musical en la sociedad contemporánea. Ahora abordan el tema de la inmigración, el narcotráfico y la mano de obra migrante. El corrido mexicano es una forma musical que vive, no solo un remanente de la historia”, expresa la soprano norteamericana.

Toda la producción suscitó un enorme reto para los integrantes de la obra, se requería simpleza pero al mismo tiempo tener un impacto visual abrumador. Así que se decidió colocar el libreto en una gran pantalla que semeja un muro fronterizo entre México y Estados Unidos. “Quería que el libreto se integrase dentro del drama tanto como fuese posible, así que le dimos a cada personaje su propia paleta de colores, un conjunto de imágenes y la fuente”, resalta.

En cada acto, al cambiar de personaje, Narucki elige un par de zapatos de entre un montón de calzado femenino que se encuentra sobre un montículo de arena, hecho que da la sensación de una representación de la inmigración hacia norteamérica.

Indudablemente, la temática social de esta ópera, envuelve inmediatamente al público cuando la voz de Narucki, acompañada de los timbres musicales provenientes de las manos de Gómez, Karis y Katoaka, abordan el escenario, generando en ocasiones un impacto emocional de significado en los espectadores.

“Recuerdo que cuando estábamos en Nuevo México me di cuenta que un miembro del público se fue durante la primera escena (la escena donde el personaje de Azucena habla acerca de su viaje a Estados Unidos y termina siendo violada en la parte trasera de un camión). Le pregunté a la presentadora sobre ello y me dijo ‘Oh sí, él se fue porque estaba llorando. Regresó después de que se compuso y observó el resto de la obra’”, comparte.

De esta manera, Cuatro corridos cuenta con un foro público sobre la trata de personas antes y después de las presentaciones donde participan universidades, grupos de ayuda legal y organizaciones caritativas no gubernamentales.

Un momento sobresaliente, fue el suscitado en la Casa de la Cultura de Tijuana, cuando el foro contó con la presencia de representantes de la Red Nacional de Corazones, una organización que trabaja con víctimas de la trata de personas.

“Los líderes del grupo trajeron una víctima de la trata que testificó sobre su experiencia. Ella habló a través de una pantalla para proteger su identidad. Su testimonio fue una experiencia abrumadora para el público, oyeron como la trata de personas afectó a alguien que estaba frente a ellos”, recuerda Susan.

Debido al carácter binacional (México-Estados Unidos) de la temática, para Narucki era muy importante que la ópera incluyese a compositores de ambos lados de la frontera. “Yo también quería tener cuatro perspectivas diferentes e invitar a dos hombres y dos mujeres compositores (…) Creo que era un riesgo poner la música de cuatro compositores que son tan diferentes entre sí al lado del otro, pero en el caso de Cuatro corridos el riesgo ha dado sus frutos. Hemos recibido elogios de la crítica para la obra y la música de los cuatro compositores es esencial para eso”, describe.

Finalmente, el haber participado junto a las principales orquestas y directores en las grandes salas del mundo produjo en Narucki una necesidad de utilizar su voz de otra manera. A Susan le gusta pensar que Cuatro corridos se encuentra haciendo una contribución, ya que define la obra como una “declaración artística fuerte”.

“La trata de personas no es un problema de México, no es un problema de Estados Unidos, es un problema de todo el mundo. El arte puede ser una herramienta poderosa para mover a la gente a la acción y estoy agradecida de ser parte de ese proceso”, termina.

PAREDES Y LA TIERRA DE LA MIEL

Nacida en Tehuacán, Puebla, en el año de 1957, Hilda Paredes es sin duda una de las compositoras mexicanas más sobresalientes de nuestros tiempos. En sus inicios, realizó estudios de piano y flauta en su ciudad natal para después, con 21 años, emigrar a Europa.

Desde 1979 reside en Londres, Inglaterra, donde al graduarse de la Guidhall School of Music and Drama, cursó una maestría en artes en la City University London, e incluso completó un doctorado en filosofía en la University of Manchester.

Paredes llegó al equipo de la ópera Cuatro corridos por invitación de los intérpretes que conforman su plantilla, especialmente por exhortación del guitarrista mexicano Pablo Gómez, con quien ya había trabajado en proyectos anteriores como su obra para guitarra sola Metamorfosis, que particularmente fue escrita para él.

“La plantilla ya estaba decidida cuando me invitaron a participar (…) También ya había trabajado con el percusionista Steve Shick, de hecho él tocó en mi primera ópera La Séptima Semilla, que está grabada en Mode Records (Nueva York)”, comparte Hilda Paredes en entrevista exclusiva para Siglo Nuevo.

Lo que motivó a Paredes a participar en este proyecto fue su conceptualización social respecto a la problemática de Tenancingo. “La razón por la que acepté inmediatamente a trabajar en este proyecto es precisamente por la temática tan actual y tan compleja en la frontera con Estados Unidos. En este proyecto vi la posibilidad de darles voz a estas mujeres que han desaparecidos y cuyas muertes siguen siendo crímenes impunes”, declara.

La tierra de la miel es la obra con la que la compositora mexicana participa en la opera Cuatro corridos, se trata de las últimas palabras del padre de Iris (la más joven de los personajes) en el momento que persuade a su hija para que acompañe a unos hombres -que le arrojarán al mundo de la prostitución- hasta Estados Unidos. Dicha historia es contada por el personaje de Violeta en la voz de Susan Narucki.

“Me pareció el título indicado para referirme a la ilusión que tenemos los mexicanos de que la vida es mejor en otro lado, en cualquier otro lado que no es nuestra realidad. La tierra de la miel termina con la voz de Iris, una chica ya muerta cantando en su lengua materna (el náhuatl), añorando volver con su madre”, señala la también miembro del Sistema Nacional de Creadores del FONCA.

El tratamiento que Paredes dio al tema en el que se basa esta ópera, fue con mucha seriedad y profundidad, y aunque no cree que exista una forma 'estándar' de abordarlo, sugiere que esta fue la manera más idónea, ya que era la que más se apegaba a la sensibilidad de la temática.

“Me involucré tanto como pude en la psique de estas mujeres, y cuando Violeta cuenta su historia y la de su amiga Iris, después de haber sufrido toda la agresión y violencia, las palabras se desintegran entre todos los miembros del ensamble para expresar cómo se pierde hasta el habla ante tal destrucción del ser interior”, manifiesta.

Tras indagar en los aspectos psicológicos y remarcar las características emotivas de los personajes, el resultado del trabajo en equipo de Hilda Paredes con el libretista Jorge Volpi fue de suma importancia para la ópera. “El trabajo con Volpi fue una verdadera colaboración, porque una vez recibido el primer boceto empezamos a dialogar y a intercambiar ideas hasta que logramos el texto en que ahora está basada la obra”, señala.

Aunque en un principio la partitura de La tierra de la miel supuso un reto para los músicos y para Susan Narucki, ya que Paredes utilizó una variedad de técnicas extendidas (tanto instrumentales como vocales), finalmente los instrumentistas asimilaron de forma excelente la idea de la compositora.

“En mi caso, utilicé una gran diversidad de técnicas instrumentales que son ya propias de mi lenguaje musical, no solo en esta obra, sino en toda mi producción actual y desde hace varias décadas. Muchas de estas técnicas responden a la necesidad de explorar las posibilidades sonoras de la fonética del lenguaje y abren un campo vasto de posibilidades musicales. En este caso no solo del español, sino también del náhuatl”, concluye.

Susan Narucki, soprano/directora del proyecto.
Susan Narucki, soprano/directora del proyecto.
Ópera Cuatro corridos
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Panel de discusión en Tijuana antes de la presentación de Cuatro Corridos con Alma Tucker, Manolo Guillen y Yetzira Shandiel Alonso.
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Lei Liang, Hebert Vázquez, Jorge Volpi e Hilda Pare.
Lei Liang, Hebert Vázquez, Jorge Volpi e Hilda Pare.
Ayano Kataoka, percusionista.
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Ópera Cuatro corridos
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Aleck Karis, pianista.
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