Subido a las barbas
El pacto que guardaba el gobierno del Edo de Guerrero con la CNTE parece que al fin se rompe. El conocido engendro del corporativismo mexicano que nace con la consolidación de la familia revolucionaria “para todos hay, nomás que no arrebaten”, son los viejos lazos mafiosos que hicieron que se pudiera llegar al poder y permanecer ahí sentados mientras se comían las entrañas del tejido social de ese estado, igual pasa en otras entidades. Pero, el caso de Oaxaca, es particularmente complicado. Estado pobre, donde el ser profesor significa ser de la casta superior.
Lo que se empieza a destapar ahora nos parece digno sólo de la mafia siciliana. Resulta que el organismo estatal que administra la educación en ese estado desde hace muchos años había pasado totalmente al poder de la Sección 22 del magisterio. Cosas inconcebibles tales como el tener el monopolio de plazas, pagos, títulos y certificados. En una palabra: la Sección 22 era la secretaria de educación del estado de Oaxaca, así, el poder ejecutivo tenía en ese aspecto un vacío del tamaño de la ambición e intereses de los líderes corruptos de ese gremio. Hoy se sabe que los certificados los expedía la CNTE, por lo tanto los alumnos egresados de escuelas controladas por la Sección 59 no recibían sus documentos porque eran antagonistas de la 22. Para tener esos certificados se tenía que pagar y en los casos de opositores ni pagando se conseguían. Al tener el control de pagos de nómina tenían la compuerta para obligar a toda la masa magisterial a asistir a plantones y cometer por orden de los líderes toda clase de tropelías. Era el más puro estilo de las fuerzas de choque pero pagadas con dinero del erario.
Todo el ciclo evolutivo de este engendro de gangsterismo se originó hace muchos años cuando los maestros fueron utilizados por los gobiernos estatales y federales como agentes electorales y hacer triunfar fraudulentamente a los candidatos del partido oficial. Crearon a un predador pero luego ya no pudieron controlarlo hasta que devoró a su progenitor, o sea el gobierno estatal y federal. Esta es la corrupción que quiere erradicar el gobierno del centro, pero solo de señas no de verdad.
Estas laceraciones a la vida nacional y regional son las manifestaciones de la estructura del poder en México, son los caminos que llevan a los Pinos y a las casas de gobierno, cediendo parte y a veces todo, con fin de llegar al poder.
Nos parece realmente un buen deseo que se quiera acabar con la corrupción pero a la hora de la verdad pesa más el afán de retener el poder aunque después se paguen las consecuencias, que en realidad las paga el grueso de la población, en este caso los niños y la sociedad entera al dejar sin clases por cientos de días a los alumnos de todo el sistema estatal oaxaqueño. El poder de la guardia pretoriana que puede mucho más que el propio poder imperial, todo como en la vieja Roma del imperio.
En verdad querrán los gobernantes suicidarse? Querrán limpiar la casa de todo este sin fin de engendros sobre los cuales se sostiene el poder real de México. Si de veras quieren sanear esto estarán dispuestos todos los partidos de llegar a un pacto de no comprar el voto? Usted y yo lo dudamos. Entonces, sólo habrá de ser una intentona donde se cortará solamente una rama pero el árbol de la corrupción institucional seguirá con nuevos brotes porque el acceder y mantenerse en el poder es la más cara ambición de la clase política mexicana y con ella todos los beneficiados que van desde un lonche, una tarjeta Monex, hasta una gubernatura o la misma Presidencia de le República.
Miguel Ángel Hernández
Torreón Coah
