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Jacobo Zabludovsky

Artículo publicado en la primavera de 1998. LA LUCHA POR LOS IDEALES

OLGA DE JUAMBELZ

Periodista lúcido y de elegantes formas, es considerado por muchos el creador de toda una época en la información televisiva.

Centro de polémicas batallas sobre la libertad de expresión y la credibilidad, enfrenta ahora una nueva etapa en un contexto más plural, tanto por lo que toca a la competencia con otra cadena de televisión como por lo que se refiere a un ámbito político que da cabida a nuevas fuerzas; sin desconocer las inevitables transformaciones que trae aparejada la muerte de Emilio Azcárraga Milmo frente a su joven hijo, quien ahora lleva las riendas de ese enorme consorcio con una perspectiva distinta a la del padre.

Durante los últimos 27 años, Jacobo Zabludovsky a través del programa 24 Horas, ha sido referencia obligada, para seguidores, pero sin lugar a dudas, también para sus detractores. Ejerció una influencia de tal magnitud con su información, que alertó y despertó nuestra preocupación sobre el decisivo poder que ejercen los medios ante la opinión pública.

Quienes pertenecemos a una época en que no existía más opción informativa, que la de Jacobo, no podemos sustraernos al reconocimiento de las grandes dotes periodísticas de este informador y de algunos de los momentos que a mi juicio son los más valiosos de su carrera ante las pantallas de nuestra vapuleada televisión nacional.

A casi 30 años de que el hombre llegó a la luna, resulta inolvidable la transmisión que hiciera Zabludovsky de ese acontecimiento que coronaría la competida carrera espacial entre las dos potencias. La emoción del conductor de este programa se sumaba a profundos y novedosos conocimientos sobre este logro, que incidiría inevitablemente en el desarrollo de la ciencia y la tecnología contemporánea.

También conservo en mi memoria la sagacidad y sentido del humor que caracterizó a la muy difundida entrevista que hiciera a María Félix. Abandonó su flemático estilo para mostrar una personalidad más relajada, hasta jovial y adoptar un tono entre divertido y malicioso para interrogar a La Doña, con el que no podía ocultar su asombro ante las aventuras que han matizado la vida de esta controvertida artista. De esa ocasión, confirmó ante el nutrido público televidente, sus profundos conocimientos sobre la tauromaquia, al recordarle a María aquel grito del aficionado a la fiesta brava en plena Plaza México cuando ocupaba su barrera de primera fila, acompañada de Agustín Lara: ¡María, María, regálanos un toro de tu ganadería!, irrespetuosa referencia al número de relaciones amorosas y maridos que habían transitado ya por la vida de esta mujer.

Acaso podemos borrar de nuestra memoria al hombre que desde su automóvil, cautivo de dolor y sorpresa, logra transmitir por la televisión, los primeros y más dramáticos momentos, tras el terremoto del 87. Zabludovsky enfrentaba también en esa circunstancia, el derrumbe de las instalaciones Televisa y la propia muerte de algunos de sus compañeros de trabajo que se encontraban a la sazón en ese sitio. Entonces conocimos la vena más sensible de este comunicador, quien a partir de ese doloroso evento asume un compromiso y da un giro distinto a la información, ésta por primera vez constituye un servicio de apoyo, crea un vínculo solidario con la golpeada sociedad mexicana, que aún no lograba reponerse de su asombro inicial.

Quizás uno de los hechos que nos permiten detentar el peso y la influencia que ejerce este noticiario, es que llegó a convertirse en el medio de preferencia de quienes habían secuestrado a alguna persona. Obligaban a los familiares, como condición indispensable para liberar al infeliz rehén a presentarse en el noticiario y aceptar por ese difundido medio las imposiciones de esos delincuentes.

El rostro de Jacobo no podía negar la profunda indignación que sentía frente a la barbarie que existe detrás de estos actos. El abuso de este tipo de exigencias por parte de los secuestradores habría de obligar a Televisa a cancelar en forma tajante y definitiva este tipo de acciones a favor de las víctimas, que podrían alentar a otros a la comisión de nuevos delitos de esta índole.

Uno de los aspectos más discutibles de su labor periodística es la objetividad, la forma sui géneris de interpretar la realidad política y la total identificación de este profesional de la comunicación con la política gubernamental. Ésta no es casual, obedece ciertamente a los compromisos que tuviera el "Tigre Azcárraga" quien se declaró en diferentes oportunidades como soldado del presidente y comprometería así públicamente a la empresa con el partido político que gobernaba entonces a las mayorías.

La línea informativa era del gobierno, y si existía alguna duda sobre la conveniencia de transmitir algún hecho que afectara la imagen de éste o de alguno de sus representantes, se optaba por no hacerlo. Prueba de ello es que sólo Televisa se abstuvo de dar a conocer a través de sus canales la huelga de hambre que realizara Carlos Salinas de Gortari. Como podemos observar la discrecionalidad ha sido por tradición uno de los recursos más utilizados en sus contenidos informativos.

Para los partidos de oposición este periodista era su peor enemigo, a punto tal que el propio Fernández de Cevallos lo ha acusado en diferentes momentos de ser el artífice de su derrota en las pasadas elecciones presidenciales. Lo hace responsable de la forma inequitativa con la que se distribuyó el tiempo que la televisión comercial concedió a los partidos políticos y el espacio que ciertamente otorgó para favorecer al PRI en su propio noticiario.

También en no pocas ocasiones, los sindicatos independientes, movimientos estudiantiles y algunos organismos sociales no gubernamentales, han organizado violentas protestas frente a las puertas mismas de la empresa televisiva por lo que ellos llaman la manipulación de la información. Con relativa frecuencia observamos pancartas durante mítines con incriminaciones al sesgo que tiene 24 Horas y que no siempre obedece a las aspiraciones de las mayorías.

Es innegable que Jacobo creó una escuela de la que han salido muchos de los informadores que vemos en nuestras pantallas. Encabezó un equipo y logró ser un líder tan respetado para algunos, que cuando decidió partir hacia Estados Unidos para ampliar la presencia del consorcio, durante el programa previo a su salida, sus compañeros no pudieron disimular su pena. Tenemos presente aún, la inconsolable imagen de una Lolita Ayala sollozando ante las cámaras, por la inminente salida del jefe a ese fallido negocio, más allá de nuestras fronteras.

La pérdida de la credibilidad resulta un hecho que quizás influiría en el ánimo del joven Azcárraga para realizar los cambios que se han propuesto a partir de enero, al controvertido noticiario que es visto por más de 8 millones de telespectadores. Sin embargo, no resultará fácil encontrar a un periodista con tanto oficio como Jacobo, lo que sí es evidentemente sencillo es toparse con simples lectores de noticias, que carecen de experiencia en ese difícil arte que exige entre otras dotes, un enorme profesionalismo. Lectores de noticias que destacan ahora porque comunican a gritos los contenidos amarillistas y panfletarios de sus servicios informativos, de esos comunicadores tenemos de sobra, por ello y a pesar de que también hemos sido agudos críticos de 24 Horas, empezamos a sentir cierta nostalgia ante la cercana ausencia de Jacobo Zabludovsky y hasta del ya no tan joven Murrieta.

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