Camry, un japonés con mucho peso

Ya en su octava generación, el Toyota Camry deja la imagen seria y aburrida que tenía, para dotarlo de un aire moderno y deportivo heredado de la marca Lexus.

La forma de la parrilla que se fusiona con la fascia, las líneas bien marcadas en el cofre, para hacerle ver musculoso, y el diseño de los faros, que le aportan agresividad, le permiten apuntar a un mercado más joven y refinado.

En relación al costado del sedán fabricado por la automotriz número uno del mundo, luce un estilo muy europeo, un perfil limpio sólo con líneas de los pasos de rueda bien marcados para guardar el toque fino y elegante que lo delata como un auto para conductores que saben dónde están y qué es lo que quieren.

Para la parte del motor Camry, cuenta con un 2.5 litros, ofrece 10 hp menos que Mazda6, sin embargo, la potencia es suficiente para tener un manejo ágil y dinámico en ciudad y rodar con soltura en carretera. El consumo de gasolina es un poco más que el coche con tecnología Skyactiv.

El espacio en el interior es una constante en todos los autos de este segmento; la comodidad en el modelo de Toyota es una delicia, las suspensiones independientes MacPherson con resortes helicoidales en ambos ejes ayudan al confort total, como si se viajara en una nube, y las barras estabilizadoras proporcionan la confianza para tomar curvas cerradas sin problema alguno.

DISEÑO

El diseño del Camry es sobrio con detalles metálicos que le aportan un toque fresco. El equipamiento, en la variante probada XLE NAVI, tiene audio JBL Premium de 10 bocinas con entrada auxiliar, USB 2.0, conectividad Bluetooth, pantalla de siete pulgadas "touch-screen", navegación, computadora de viaje, sistema de apertura y entrada con sensor de presencia, encendido por botón, entre otros elementos.