Bush dijo que se opuso a la medida. (ARCHIVO)
El precandidato presidencial Jeb Bush dijo hoy que la decisión del presidente Barack Obama de normalizar relaciones con Cuba con la reapertura de embajadas, es “legitimar aún más el régimen brutal de Castro”.
En respuesta al anuncio del gobierno de Obama de que planea reabrir las embajadas en Washington y La Habana, Bush dijo que se opuso a la medida.
“La verdadera prueba de acercamiento del gobierno de Obama con el régimen de Castro es si avanza la causa de los derechos humanos y la libertad para el pueblo cubano”, dijo el exgobernador Bush.
“La detención continuada de los disidentes y los continuos abusos de los derechos humanos sugieren que la política del gobierno está fallando esta prueba”, señaló.
“Espero que el Congreso de Estados Unidos analizará las concesiones hechas a La Habana antes de considerar cualquier embajador”, subrayó el precandidato en una declaración.
El anuncio de Obama generó críticas del exilio tradicional cubano de Miami, pero también fue recibido con aceptación entre jóvenes que ven el acercamiento con esperanza de cambios en la isla.
Sandor Valdez, de 36 años y con 20 años de que salió de la isla, se mostró alegre y dijo a las afueras del Restaurante Versailles –ícono del exilio cubano- que Obama se ha mostrado “inteligente” y “pragmático” con sus cambios hacia la isla.
“Me parece también que inevitablemente todos estos cambios provocarán algún tipo de cambio en la dinámica y política social dentro de Cuba”, señaló el joven.
“El cambio crea cambio, y lo que no crea cambio es lo estático, y lo estático era la política de Estados Unidos hacia Cuba en los últimos 56 años”, subrayó.
“Esto es una infamia del gobierno de Obama de querer negociar, ayudar y cooperar con Cuba terrorista”, dijo por su parte Miguel Saavedra, del grupo anticastrista Vigilia Mambisia.
“Mientras más ayuda y beneficio le dé el gobierno de Estados Unidos a Cuba, más exporta el terrorismo internacional a España y Colombia con los grupos ETA y las FARC”, señaló el activista Saavedra, quien se apostó desde temprano con una pancarta a las afueras del Versailles.
“Los comunistas y los castristas nunca se rinden y éste es el momento no para ayudar al régimen de La Habana, sino para tomar fuertes sanciones y quitar ese problema que esta ahí –en Cuba-”, agregó.
