Es un aparato para extinguir incendios, que por lo común arroja sobre el fuego un chorro de agua o de una mezcla que dificulta la combustión. (ARCHIVO)
Aunque muchos esperan no tener que utilizarlo nunca, contar con uno es indispensable para garantizar la seguridad de los seres vivientes e incluso como primera respuesta para evitar el daño en propiedades a causa de un incendio.
Se trata del extintor, definido por la RAE como un "aparato para extinguir incendios, que por lo común arroja sobre el fuego un chorro de agua o de una mezcla que dificulta la combustión".
HISTORIA
Se sabe que desde tiempos antiguos, sociedades como la romana utilizaban aparatos rústicos para sofocar el fuego; sin embargo el primer antecedente que se reconoce como oficial del extintor es el desarrollado y patentado por el químico Ambrose Godfrey en 1723.
Básicamente, menciona el portal "Mucho Hogar", este aparato consistía "en un tonel con líquido de extinción y una cámara de estaño para la pólvora. Esto estaba conectado a un sistema de fusibles que, al encenderse, hacía explotar la pólvora, y dispersando así la solución líquida".
El extintor de fuegos portátil moderno, sin embargo, señala la misma fuente, lo inventó "el capitán George William Manby en 1818, cuando, según cuenta la leyenda, este británico comprobó que era poco funcional el extintor industrial que los bomberos de Edimburgo utilizaban para extinguir los fuegos, dado que no podían subir siquiera a los pisos superiores. El recipiente estaba hecho de cobre, con cuatro cilindros, tres de agua y uno de aire comprimido, utilizados para lanzar la solución a presión. Contenía 3 galones (13.6 l) de carbonato de potasio".
TIEMPOS MODERNOS
Como es común, el paso del tiempo ha ido perfeccionando el extintor, que se ha ido adaptando a los nuevos descubrimientos y dando a paso a modelos más prácticos como el Halon 1211, el Halon 1301 de la marca DuPont y otros más que buscan reducir los efectos nocivos sobre el medio ambiente.