Andrea, Miranda, Liz, Denisse y Angie, hoy se unen a la celebración del Día Internacional del Orgullo Gay llenas de felicidad tras pasar una serie de dificultades para mostrarse al mundo "sin máscaras" y sobre todo sin miedo.
Esta fecha nació en 1969 para recordar la redada policial que tuvo lugar en un bar conocido como Stonewall Inn, ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village. Además marca el inicio de una serie de movimientos para hacer valer los derechos de los transexuales, gay, bisexuales, transgénero,y lesbianas.
COMO UNA MUJER
Andrea Villarreal tiene 25 años de edad y desde hace cinco, es transexual. Se define como una mujer "atrapada" en un cuerpo de un hombre que poco a poco se va quedando en el pasado.
"Empecé siendo travesti, pero ya me considero una mujer transexual".
Los jeans, zapatos, camisas de hombres, quedaron en el pasado, y hoy las zapatillas, las faldas y las medias, ocupan un lugar especial, pues ahora es Andrea de día y de noche.
"Desde que naces sientes que naces en el cuerpo equivocado, es decir, nací niño, siento que este cuerpo no es mío", cuenta.
Explica que un travesti sólo cambia sus ropas para eventos o presentaciones, pero para un "trans" es un estilo de vida.
Cambiar no es fácil. "Es un proceso en el cual de pronto caemos en dudas, conforme pasa el tiempo, te vas dando cuenta, tomé el rol que es el fenemino y me gustó", dice con orgullo.
Aunque difícil para ella, el apoyo de su familia fue esencial. Ahora, gracias a esta seguridad, sale a la calle, en donde reconoce, despierta las dudas en quienes la miran. Pero asegura que "nunca he sido blanco de agresiones fuertes, he pasado un poco más desapercibida".
CON EXPERIENCIA
Miranda tiene 30 años y cuenta con 15 años de experiencia. Aunque le encanta vestir de mujer, prefiere sólo hacerlo como un trabajo y como un hobby, pues además se desempeña como estilista, profesión que también le apasiona.
"De mi etapa fue padre, esos 15 años, trabajé en diferentes lugares de Torreón", cuenta.
Pero no todo fue fácil, pues hace siete años dice que personal de Prevención lo detuvo porque no contaba con ningún permiso para trabajar. Tras pagar cerca de 4 mil pesos de multa, corrió y su "show" siguió.
Aunque asegura que hoy en día hay mayor apertura para la comunidad, aún hay mucho por hacer.
DE INICIO
Liz, tiene 19 años de edad y hace poco inició su vida como travesti. Para ella, el vestirse de mujer y participar en certámenes, "es una gran oportunidad de decir quién so y, enseñar a las personas nuestra forma de vida y hacer conciencia":
Su transformación ha sido fácil, sobre todo por el apoyo con el que ahora le ha brindado su familia, quienes dice, pese a todo, terminaron por aceptarlo.
Su transformación se da por una o dos veces al mes, pues asegura que ser mujer las 24 horas no es fácil, por todo lo que ello implica.
"Es difícil ser travesti porque tienes que dedicarle tiempo, maquillaje, a ti, para salir producida, entonces es cansado usar tacones toda una noche, por eso nada más lo hago una vez al mes. Es difícil ser mujer".
TODA UNA MUJER
Para Denisse, de 26 años de edad y con 10 años de experiencia, su transformación no ha sido fácil. Su familia fue uno de los obstáculos a vencer, pero finalmente ahora son su mayor impulso.
"Se va ganando el cariño y terminan aceptándote", dice enfundada en un ajustado vestido.
Dice que hasta hace 6 años sufría de malos tratos por parte de gente homofóbica que le grita palabras como: Joto, puto y demás, que asegura duelen al escucharlas.
Pero nunca se dio por vencida y ahora es más feliz que nunca, pues se siente 100 por ciento mujer.
MENSAJE
Para aquellas personas que como ellos desean vivir su vida a plenitud, pero que por temor al rechazo, al qué dirán, a las burlas y demás obstáculos, ellas quienes han enfrentado las adversidades, dicen "primero acéptense, para que las demás personas las puedan aceptar, respétense, para que los puedan respetar. Todo empieza en uno, el mundo no cambia, cambia uno".
Feliz. Andrea tiene 25 años de edad y desde hace cinco años se viste de mujer.