No justifican
Tendríamos que recordar que tanto los gobiernos de Coahuila como de Durango siempre han estado bajo las reglas y tutelas de sus capitales y que a través de funcionarios foráneos se adjudican e incluyen puestos y posiciones que deberían obtener los laguneros.
Queremos funcionarios honrados, empresarios dignos, profesores que atiendan a sus alumnos, organizaciones ciudadanas, luchar por crear el estado número 33 de La Laguna, dejar que los laguneros aporten gran parte de votos de los estados, dejemos pues atrás los fracasos, las apatías, los prejuicios, la mediocridad y unámonos por la soberanía de nuestra Laguna.
Por otra parte, los laguneros hemos tenido muchos gobernadores tanto de Coahuila como de Durango y que jamás hemos logrado tener alguno que haya sido lagunero, salvo que en Coahuila fue don Braulio Fernández Aguirre, diríamos pues que en Durango sólo han sido Enrique Depre Ceniceros, Ángel Rodríguez Solórzano, Armando del Castillo Franco, doctor Héctor Mayagoitia Domínguez (buen gobernador para La Laguna), José Ramírez Gamero, Maximiliano Silerio Esparza, Alejandro Páez Urquidi, Salvador Gamiz Fernández, Sergio Guerrero Mier, Ismael Hernández Deraz y Jorge Herrera Caldera.
¿Qué requerimos los laguneros? Pues necesitamos efectivamente los tiempos y lugares para decidir y apoyar en colonias, comunidades, pueblos y municipios a un lagunero o lagunera tal como lo han manifestado algunos periodistas y empresarios en favor de la senadora Leticia Herrera Ale.
Hagamos ya de nuestra Comarca Lagunera tanto de Coahuila como de Durango un gobierno que efectivamente garantice la libertad, los derechos de los ciudadanos, el orden público, la economía que requiere la comarca; no neguemos pues nuestra voluntad popular pacífica y democrática que nos urge como ciudadanos laguneros.
Feliciano Hernández Galarza,
Ciudad Lerdo, Durango.
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Implorando el triunfo
No me refiero al triunfo económico, social, laboral, escolar, o a logros ordinarios o extraordinarios en la vida cotidiana, sino al triunfo de los equipos locales de futbol que imploran muchas esposa y parejas -aunque éstas no sepan absolutamente nada del deporte- de aficionados fanáticos y trogloditas ebrios, que cuando pierden sus equipos favoritos se desquitan arremetiendo golpes contra ellas, tal como se informó en una nota periodística de una publicación seria y objetiva relativa a una ciudad del norte de la república, que estoy seguro no será excepcional.
¿Hasta cuándo se modificará la ley y se persiga de oficio como delito grave la nefasta “práctica” bastante común en México de golpear a las mujeres?
Francisco Benavides,
Cuernavaca, Morelos.
