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Partidos políticos

Diálogo

YAMIL DARWICH

El 10 de julio de 2014, el Instituto Nacional Electoral, aprobó el otorgamiento de registro a tres nuevos partidos políticos que ingresaron a la competencia electoral.

Se trata del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Frente Humanista y Encuentro Social, los únicos -de 52 solicitantes- que cumplieron a cabalidad los requisitos de ley.

A partir de esa fecha tenemos tres nuevos grupos de políticos que han arribado al usufructo del presupuesto que México les otorga para promoverse y lograr sus fines.

La lista es sorprendente y sus trabajos en favor de los mexicanos son prácticamente nulos, considerando que sólo los llamados "grandotes" tienen capacidad de maniobra y real influencia en la toma de decisión.

El Instituto Nacional Electoral destinó un presupuesto de 3,810 millones de pesos, para las actividades ordinarias de los partidos políticos nacionales durante el presente año, correspondiéndoles a los tres nuevos el 2 % del financiamiento total para su administración; así, Morena, Encuentro Social y el Partido Humanista, recibieron 31.7 millones de pesos durante el año, más 4.6 millones para capacitación política, franquicias postales y telegráficas. Sume por aparte los ingresos que llegarán a tener por donativos y otras fuentes varias y luego contrástelo contra el beneficio que generan a la vida política nacional. Pérdidas en análisis de costo contra beneficio.

El punto a discutir es sobre la necesidad, o no, de contar con tantas fuerzas diferentes en México; algunos pensadores opinan que tan sólo incrementarán las variantes entre las posturas ya existentes en temas centrales, en los que todos desean participar, pero sin influir de fondo y beneficiando a los grandes.

También habrá más costo y mayor confusión de los ciudadanos al momento de tomar una postura propia, por la sobreinformación -mucha de ella viciada- que recibien por los medios de comunicación.

Ya se ha discutido el tema del beneficio de tantos partidos participantes en la ¨grilla¨ nacional; tome como ejemplo al poder legislativo, particularmente con los llamados plurinominales, nombrados por los propios partidos y que en realidad se transformaron bonos de pago, cotos de poder y votos para los intereses de esas fracciones políticas.

Por otra parte, muchos de los citados nombramientos son dados como premio a partidarios meritorios o bien aquellos quienes deben ser premiados, a fin de mantener orden y controlal interior de las organizaciones. Para el caso, recuerde al ya tristemente famoso Juanito, que triunfó en un proceso electoral y finalmente no aceptaba renunciar a su puesto que era para Clara Brugada, política afín a AMLO. Trampas con oculto "fin último".

El costo ya ha sido citado en párrafos anteriores y representan sólo mayor gasto federal. ¿Es realmente necesaria una erogación tan grande para alcanzar democracia?

Ante esa pregunta, aparece en el panorama internacional la organización política de otros estados que no requieren de tal diversificación; como ejemplo, los Estados Unidos de Norteamérica, que con sólo dos facciones -demócratas y republicanos- tienen un nivel de madurez democrática más desarrollada.

Las castas privilegiadas son el resultado de la evolución histórica del mundo, entre todos los países México. Personas que tiene sobradas capacidades, se han mezclado con otras, arribistas del poder, que han sabido mantenerse en el mismo en un sistema de dar, conceder y recibir sin permitir el acceso a extraños que interfieran en sus propósitos.

Lo interesante es que los verdaderos pensadores democráticos, con capacidades técnicas y buenas intenciones, son atrapados en "cuellos de botella" de intereses políticos y, en el mejor de los casos, sobreviven sirviendo a sus jefes quienes en muchas de las ocasiones no prestan atención a las recomendaciones dadas, quizá por conveniencias o acuerdos entre los grupúsculos a los que pertenecen.

A todos ellos los solventamos y hasta les consolidamos su futuro económico. Bien dicen que "los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo... y por los mismos motivos".

Le propongo un ejercicio: haga análisis de profesionales y puestos de servicio y se sorprenderá que los jefes no tienen la adecuada formación del área en la que están orientando el rumbo del país.

De la escolaridad ni escribimos, aunque si Usted lo analiza, encontrará que a menor nivel de desarrollo de capacidades intelectuales del orden superior -frasecita aprendida a la educadora Dra. Díaz de la UAL- mayor es su radicalismo y agresividad ante los opositores. También son los más groseros y permisivos en el manejo de la cuota de autoridad que les otorgamos.

Hay mucho por hacer y la receta es simple, aunque difícilmente se cumple: participar, no sólo en las votaciones, sino en las actividades políticas, cívicas y sociales, influyendo para el cambio, particularmente ahora que estamos apunto de vivir un nuevo proceso electoral, que ya ha empezado con pugnas, agravios, dimes y diretes, sin propuestas de soluciones que tengan una base en el conocimiento y la inteligencia.

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