La visita a la Comarca Lagunera del consultor empresarial Sam Podolsky, a iniciativa de la asociación civil Renacer Lagunero, ofrece un espacio de reflexión sobre la situación de la región y sus expectativas para generar un cambio que propicie una mayor productividad y como consecuencia, un crecimiento económico que se concrete en un mayor bienestar de la comunidad.
El invitado actúa como un observador externo que hace un diagnóstico de la realidad, propone soluciones y le da seguimiento a la evolución del acontecer regional, a la luz de su experiencia en casos similares en otras partes de nuestro país y en otros lugares del planeta. Renacer Lagunero trae a Podolsky por segundo año consecutivo, y eso inaugura un esfuerzo de constancia que con seguridad rendirá frutos en el tema de la participación ciudadana, en el tratamiento y solución de las necesidades colectivas.
En la Comarca Lagunera existen talentos empresariales y académicos para hacer una labor como la que es objeto de comentario, pero es evidente que alguien que viene de fuera ofrece la ventaja de aportar una visión más objetiva, exenta de las dificultades de percepción que afectan a quienes estamos inmersos en una realidad micro, en la que es frecuente que los árboles nos impidan ver el bosque.
Por ello es congruente la visión aportada por el visitante que lejos de pretender el descubrimiento del hilo negro, aterriza en conclusiones sencillas que tienen la importancia de lo elemental y de lo obvio, que se reflejan en la interesante entrevista del personaje que el domingo pasado publica El Siglo de Torreón.
El diagnóstico es descarnado sin embargo, se suaviza por el lenguaje prudente del analista, y la existencia de factores que sin duda mueven a la esperanza. Podolsky hace una crítica radical a los gobiernos locales, al advertir la carencia de una política dirigida al bienestar colectivo, que considera producto de una falta de participación en política, que se traduce en que elegimos a nuestros gobernantes por fotografía, sin conocer ni su familia ni sus estudios ni su trayectoria de trabajo en la vida de la comunidad y enseguida esperamos que nos respondan.
En este punto la visión de Podolsky marca un cambio de paradigma, porque estamos acostumbrados a repudiar la política y a escatimar nuestra participación, al mismo tiempo que nos quejamos del bajo perfil de los protagonistas y de la mala calidad del sistema.
La situación del empresario local, la describe en función de la incertidumbre que provoca el marco fiscal adverso impuesto por el Gobierno Federal y con justa razón se extraña de que en torno al tema energético en la región exista una gran expectativa de riqueza que pudiera llegar en forma de derrama económica "sin explicar por qué...", lo que a juicio de Podolsky plantea una dualidad que tiene paralizado al empresariado; advierte que en la región no se observan proyectos de largo plazo ni un cambio relevante en materia de inversión y agrega "no veo el nacimiento de proyectos importantes...".
El analista lanza una voz de alerta respecto a los bajos salarios que se pagan en la región y sobre la fuga de jóvenes talentos hacia otras partes de México o del extranjero y sugiere cambiar el sistema de retribución en relación al éxito (productividad) para construir una cultura de trabajo.
El consultor ilumina el sombrío diagnóstico a partir de la fortaleza que descubre en nuestra sociedad, y que hace consistir en un nivel de escolaridad que considera superior a la media nacional y asegura que la situación adversa que vivimos se puede revertir generando los liderazgos adecuados y estableciendo instrumentos de medición al estilo de observatorio ciudadano, con el objeto de evaluar resultados tanto en el sector gubernamental como en el sector productivo.
Podolsky es el doctor que informa al paciente que está gravemente enfermo, pero que se puede curar a sí mismo mediante un esfuerzo autogestivo, a partir del principio según el cual, lo que no hagamos por nosotros mismos (persona individual y colectiva) nadie más lo hará.
