Queridos amigos, ha quedado definida la gran final del campeonato mexicano y la disputarán el Santos de la Comarca Lagunera y los Gallos Blancos de Querétaro.
El seis contra el ocho de la clasificación general, en una liguilla loca que descabezó a los punteros desde los cuartos de final y que ha dejado a la empresa televisiva donde tengo el honor de prestar mis servicios sin partido alguno que transmitir, pese a que tenía formaditos en línea a los cinco primeros.
Los del norte se colaron gracias a la colaboración de Cruz Azul, que perdió su último juego en casa frente al hoy descendido Universidad de Guadalajara y del Toluca, que no supo derrotar a unos Tigres plagados de suplentes allá en el "Nemesio Díez".
Pese a meterse por la cocina, los Guerreros han hecho honor a su mote y doblaron en calidad de visitantes a Tigres y Chivas para acomodarse, con todo merecimiento, en esta instancia definitiva.
Los queretanos han sabido formar un equipo que más bien parece una hermandad pese a la figura tremendamente mediática del astro en eclipse Ronaldinho. Si alguien pensó que el equipo iba a depender de este hombre de poca disciplina y grandes incisivos se equivocó rotundamente, sobre todo a partir de la llegada de Víctor Manuel Vucetich.
El "Rey Midas" llegó a poner orden, ubicó a la gente, hilvanó victorias y tuvo la suerte de enfrentar a un tiburón desdentado y a un tuzo diezmado lo que, sin demeritar lo hecho hasta el momento, también tiene su dosis de suerte.
Además, el "Vuce" ha logrado exorcizar los demonios en torno a la tristemente célebre historia del Estadio "Corregidora", donde cada equipo que ahí jugaba, desaparecía o se iba al descenso. Hoy los tiene instalados en la antesala de la gloria.
Los directores técnicos jugarán un papel fundamental en este ajedrez futbolístico que se jugará en dos episodios. Santos abre en casa y Gallos cierra como local.
Víctor Manuel Vucetich es un hombre que le sabe sacar todo el jugo posible a sus dirigidos. Además, el berrinche de "Ronaldinho" le permitió asumir a carta cabal el liderazgo de su equipo al cambiarlo en el juego de ida ante Pachuca y dejarlo comiendo ocote en el de vuelta. Conoce mucho y moverá sus piezas para levantar un trofeo más.
Del otro lado está Pedro Caixinha. Sus dirigentes dicen que es un hombre trabajador. ¡Vaya, ahora resulta que hay que aplaudirle a alguien por desarrollar la chamba por la que le pagan! El tema es preguntarse qué tan capaz es para desempeñarlo.
Particularmente no soy fan del portugués y creo que Santos está en la final a pesar de él, sin embargo, en por lo menos 180 minutos, tiene la oportunidad de mostrar su sapiencia y ganarle la partida a su experto contrincante. Ojalá prepare a conciencia este que será un… examen final.
