¿Y si vota... sigue existiendo?
Cinco millones cuatrocientos setenta y dos mil pesos será el sueldo base que durante los próximos tres años ganarán cada uno de los quinientos diputados que Usted está por elegir el 7 de junio. Esto sin contar las prestaciones, bonos, regalías y “moches” que algunos empresarios les estarán depositando para que, representen a sus grandes consorcios que pudieran verse afectados por las propuestas de ley que les caigan a sus despachos.
Cuando esto pase, Usted, que pensó por quién votar iniciará su proceso de dejar de existir para ellos, ya no será necesario alcanzado el objetivo, se convertirá en una molestia si les pide o exige, aunque no de manera definitiva pues a la vuelta de la siguiente elección municipal, estatal o federal, volverán a buscarle para pedir su voto. Pero si no les pide o exige, entonces será la paja que arda nuevamente en la pasión de los discursos y las sonrisas de los políticos.
Años atrás el voto se consideraba corporativo pues con la integración de los sindicatos más numerosos del país esto era fácil, con la caída y debilitamiento de estas organizaciones corruptas ahora el corporativismo se ha ido en fuentes como la ignorancia, el analfabetismo, la pobreza, la falta de empleo, la necesidad de vivienda y el apoyo educativo sin descartar los bailongos y los eventos deportivos que Usted y yo pagamos con nuestros impuestos para que otros luzcan y se paren el cuello en favor de tal o cual partido.
Por ello será difícil mejorar en estos aspectos pues somos rehenes de un puñado de gente necesitada, que vota por el que les garantice una dádiva sin mover un solo dedo eligiendo mandatos que no cuentan al menos con la mitad de los electores como sus seguidores, ninguno alcanzará de aquí en adelante la mitad más uno de los enlistados ante el INE para esta elección y aún así, con menos del 37 % de los ciudadanos en edad de votar serán gobierno.
Vea a los comerciantes en los mercados gritar todo el día para vender y al final a veces no sacar ni para pagar a los ayudantes, vea su ticket por el pago de gasolina para su auto, los costos de agua, recolección de basura, predial, pago por derecho a alumbrado público, tenencias, placas, permisos para abrir un negocio para trabajar, y tantas cosas que se han sacado de la manga para seguir viviendo a nuestras costillas.
Mire todo esto y piense ¿esto es lo que quiero para mis hijos?, ¿esto es lo que merecemos?, ¿se merecen ellos nuestro voto?, o tal vez una leyenda escrita en la boleta que reciba ese día, que les permita escucharnos y tomarnos en cuenta a todos, no sólo a los que van a votar.
Cuando responda a estas preguntas entonces estará luchando por existir y no por ser uno más en la inercia de cumplir con “deber civil” al final se da cuenta que no le da derecho a nada, pero que será Usted el que siga debiendo y abonando.
Debemos pensar para existir, debemos actuar para trascender, tenemos que encontrar todos juntos las llaves que abran este círculo vicioso al que nos han conducido con sus promesas y su labia, entonces ese día existiremos como nación, como mexicanos, como seres humanos con todos sus derechos y obligaciones.
Romper las inercias del pasado es abrir los horizontes del futuro, con todos sus retos, con todas sus oportunidades.
En la mar de las adversidades no basta saber flotar, hay que bracear para alcanzar la otra orilla.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Durango.
