Estrella. José José, quien vivió aquella época realmente dorada en México, platica del devaluado panorama.
El oro se ha devaluado. El disco dorado que en México representaba la venta de 100 mil copias a fines de los 90, hoy vale 30 mil, contrario a lo que sucede en países como Estados Unidos, que mantiene el valor de sus reconocimientos.
Los estadounidenses nos superan 17 veces para la entrega de un Disco de Oro, ya que se necesitan vender 500 mil álbumes. Y en el caso del Platino, en el país vecino se otorga por un millón, mientras que en México, por 60 mil.
Adele, N'sync, Linkin Park, Usher o Backstreet Boys son algunos de los artistas que han conseguido el aclamado disco de Diamante para los estadounidenses, el cual se logra superando las 10 millones de ventas.
Así que las 300 mil copias que le han dado Diamante a Juan Gabriel, Los Ángeles Azules y Camila significarían sólo el 3% para la industria vecina.
José José, que vivió aquella época realmente dorada en México, pinta el devaluado panorama con una frase: "¡Caray, perdimos el 60 por ciento de nuestras ventas!".
Describe: "Sacábamos un disco y el primer tiraje para salir eran 400 mil copias, sólo para salir. Al ratito ya teníamos el medio millón con un Disco de Oro y luego el millón, el Disco de Platino. Ahora cuesta un trabajo colocar el material con la variación que ha habido tan tremenda de porcentajes en ventas; hay que vivir del escenario".
Amprofon, la asociación que otorga estos premios, defiende la disminución en las certificaciones: "Tenemos que darle un incentivo al artista y las cifras actuales con las que certificamos no son ni mucho ni poco", comentó Gilda González, su directora.
"Si en México vendemos una décima parte que lo que Estados Unidos es porque es lo acorde (con el mercado); cada año revisamos las certificaciones conforme al cierre de venta y no es bajo a nivel Latinoamérica. No podemos compararnos con Estados Unidos o Japón, que son el primero y segundo lugar en la industria", comentó Gilda.
La devaluación del oro. Las cifras han bajado conforme la industria se ha tambaleado a nivel mundial a causa de la piratería y la llegada de plataformas digitales y "streaming", tal como lo ha vivido Sasha Sökol, quien ha estado inmiscuida en la música desde las épocas de Timbiriche.
"Nosotros empezamos a cantar cuando teníamos 10 años y en esa época lo normal era vender millones de discos si eras exitoso. Nos daban disco de Diamante y Platino y eso era lo que se usaba. Nos ha tocado vivir la música en todos sus formatos siguientes no sólo del vinil al casete o CD sino lo que ha sucedido con la industria musical".
En América Latina, México sólo es superado por Brasil, que da Disco de Oro a las 40 mil copias, Platino a las 80 mil y Diamante a las 300 mil. Esta certificación aplica para música en portugués pero tiene otra (con números menores) para la música extranjera.
NOSTALGIA POR ALTAS VENTAS
El panorama de las certificaciones en México es una crisis que sienten artistas como Emmanuel, Sabo Romo o Marco Antonio Muñiz.
"Para los que llevamos un tiempo viendo cómo se movió la industria es doloroso saber que antes una compañía hacía un fiestón para lanzar un disco y ahora, una rueda de prensa. Antes, con la pregunta '¿cuánto quieres gastar?', contestaban: 'Lo que se tenga que gastar'. Hoy responden: 'Hay un presupuesto'. Es triste", dijo Emmanuel, quien piensa que las causas de esta crisis son la piratería y la transformación del Internet.
Al declive de la industria discográfica no le importa cuántos años de carrera tenga el cantante o la década en que comenzaron a figurar y eso lo sabe Marco Antonio Muñiz.
Con casi 70 años de carrera ininterrumpida ha pasado por todas las etapas. "Ha sido por diferentes circunstancias, pero entre todas, por la electrónica que ha superado en mucho a la industria discográfica. Cualquier persona que tiene un aparato aprieta un botón y ya consiguió la canción que quería oír".
Sin embargo, el intérprete de temas como Por amor o Negra paloma ha sabido afrontar o al menos aceptar la circunstancia. "Estamos en declive desde el punto de vista de ventas, ya no se vende lo que vendíamos antes porque está diluido en diferentes fuentes de expresión. Lamentablemente pero ni modo".
Hace años Sabo Romo, integrante de Caifanes, llegó a una tienda de discos para comprar el primer vinil de La Revolución de Emiliano Zapata. Lo único que recuerda era el sudor de sus manos al romper el celofán que lo envolvía para poder tocarlo.
"No sólo me sudaban las manos sino todo, era una emoción de escucharlo mientras veía la portada y la hoja de adentro con los créditos; si no entendías las letras las podías leer y eventualmente te las aprendías; eso me pasó con miles de discos", dijo.
En un mercado volcado a lo digital ve que ahora todo es diferente y en su parecer no es algo malo, pero sí una etapa efímera.
"Nos ha afectado más que en términos económicos en la falta de pasión por escuchar obras completas. Yo lo conservo y sigo haciendo mis mix en casete".
Panorama
En Colombia, que divide sus certificaciones entre el producto local y el extranjero, las cifras son aún menores a las mexicanas con el Disco de Oro a los 10 mil álbumes y Disco de Platino a los 20 mil, mientras que el Diamante se generaliza al llegar a las 200 mil.
Quien también se abarata es Argentina, otorgando el Diamante a 250 mil discos, Oro a los 20 mil y Platino a los 40 mil. Pero Chile es de los países que más han devaluado sus estándares dejando al Oro una venta de 7 mil 500 y el Platino a las 15 mil.
"Es decepcionante, antes vendíamos 100 mil copias y era como doble Disco de Platino, ahora son 8 mil copias en Chile", resume el vocalista Los Tres, Álvaro Henríquez.
A la baja
La devaluación de los discos.
⇒ Oro. Antes de 1999 se conseguía por 100 mil discos y en ese año se estancó en 75 mil. Para 2003 decayó a las 50 mil copias y en 2008 a las 40 mil. Hoy se da las 30 mil.
⇒ Platino. Las 250 mil copias eran necesarias hasta 1999. Ese año bajó a 150 mil. En 2003 la cifra disminuyó a 100 mil. Se quedó con 80 mil en 2008. Hoy se da por 60 mil.
⇒ Diamante. Antes de 1999 se otorgaba al superar un millón de copias. En 2000 la cifra bajó a 500 mil. En 2008 pasó a 400 mil. Desde 2009 se da por 300 mil discos.
Copias necesarias para la certificación
