UN HOMBRE ALZÓ LA VISTA AL CIELO Y LA MANTUVO AHÍ, PORQUE QUERÍA VER A DIOS
Llegó a su lado una mujer hermosa y no la vio, porque quería ver a Dios.
Llegó un pobre necesitado de su ayuda y no lo vio, porque quería ver a Dios.
Llegaron sus ancianos padres, sus hermanos, y no los vio, porque quería ver a Dios.
Llegó la vida con sus dolores y sus alegrías y no la vio -no la vivió-, porque quería ver a Dios.
Un día murió el hombre, y se encontró en la presencia del Señor. Le dijo el Padre:
-Yo estaba en la mujer, y no me viste. Estaba en el pobre que te necesitaba, y en tu familia, y en tu hogar, y no me viste. Estaba en la vida que no supiste vivir, y no me viste. ¿Cuándo los hombres aprenderán a verme?
¡Hasta mañana!...