Lecciones de violencia e impunidad en México
Históricamente en México y otros países se considera que el futbol, aún, es un disfrute de jugadas mágicas, conducciones geométricas del balón de las grandes pasiones de multitudes.
Equipos de guerreros competitivos que son la alegría, la esperanza y lealtad de aficionados y familias. Donde sólo el hecho de asistir a los estadios se considera una terapia de liberación de los cansancios semanales con tan sólo gritar, en una sintonía colectiva, la palabra ¡gol!
Hoy esta hermosa costumbre, paulatinamente, se convierte en peligrosa amenaza a jugadores, aficionados y familias. Peligro, inclusive, anunciado por los medios como “partido de alto riesgo” haciendo alusión al reciente juego Atlas-Chivas .
¿Cómo llegamos a perder nuestros espacios de recreaciones familiares?, que ni en los estadios y calles se puede transitar ante el acecho de la violencia. ¿Dónde se aprende? ¿Cómo se enseña?
La violencia, la ejercen minuto a minuto los jugadores en la cancha, aunque se diga que es deporte de contacto. Jugadores que nos regalan, partido tras partido, lecciones de fingimientos, engaños, simulaciones, venganzas, agresiones que se quedan en la frustrante impunidad ante la endeble figura de los árbitros y jueces incapaces de ordenar el campo. ¿Cuál es la responsabilidad de los directivos de los clubes deportivos, en su cómplice silencio?
Quiere decir que lo que pasa en el futbol es un espejo, de alguna manera, de lo que sucede en la sociedad y que hoy, sobre todo en la política donde lejos de aspirar a ella con una vocación de servicio a la sociedad, lo que prevalece, son lecciones cotidianas de difamación, de mentira, calumnia, descalificaciones, corrupciones que por un puesto administrativo llegan a la criminalidad. Acontecimientos inimaginados, tocan cada vez más, para alertar a nuestras conciencias como lo es el caso del niño asesinado en el estado de Chihuahua, por sus compañeritos porque estaban jugando a los secuestros.
Entonces, qué tipo de lecciones anteceden o inspiran estos acontecimientos. Qué papel juegan la imparable cultura urbana de la violencia, la familiar; sobre todo la de los medios masivos como la televisión; cuando familias enteras reciben diariamente y por horas, novelas y otros programas, lecciones de engaño, crímenes, mentiras, corrupciones, traiciones, robos y lo más reciente episodios de todo tipo de secuestros y acontecimientos de inseguridad que confunden y enlutan las mentes de nuestros niños y jóvenes.
Yo les digo a las autoridades a clubes deportivos, a los medios televisivos como ellos nos dicen a nosotros: “tienen el valor o les vale”.
Fernando Mendoza Castañeda,
Zapopan, Jalisco.
