Amor. Sandra y el pequeño Elías, han pasado cuatro años y cinco meses de sus vidas en la clínica 16 del Seguro Social. (EL SIGLO DE TORREÓN)
El pequeño Elías Pérez, de siete años de edad, ha vivido cuatro años y cinco meses de su vida en un cuarto aislado de la clínica 16 del Seguro Social. Una maroma en una cama elástica le causó daños en su médula espinal que lo dejó cuadripléjico y ahora depende de un ventilador mecánico para vivir.
Fue a través de su propia cuenta de Facebook creada por sus padres que se dio a conocer su caso, ante su desesperación, pero ante todo, el temor de que su hijo fuera dado de alta y fuera enviado a casa.
En su cuenta se escribió "Muchas veces he estado al borde de la muerte, pero gracias a Dios y al oportuno socorro de médicos, enfermeros y recursos tecnológicos (laboratorios, rayos X, transfusiones) he logrado sobrevivir hasta el día de hoy (...)".
Aunque el trato que ha recibido por parte de todo el personal, enfermeras y médicos han sido de lo mejor, Sandra, su madre, se encuentra sorprendida y molesta, ante los engaños que dice, fueron sujetos para enviar a Elías a casa.
Hace dos años, dice la recién nombrada jefa de Pediatría, Argelia Silva Alemán, le comentó que por cuestiones de mantenimiento de los ventiladores de toda la unidad, el niño debía ser enviado a casa con un ventilador portátil. Pero al cuestionar a la empresa dedicada a esos trabajos, le dijeron que no habría tal. Sandra comenta que la doctora le dijo "'Si yo requiero el aislado del pequeño yo si lo voy a mover a una sala común, con los demás pequeños', cuando sabe que el niño está aquí porque lo requiere, dada su condición", dice con preocupación.
Y es que comenta que la atención no será la misma, aunque sea ella quien le realice las nebulizaciones, la aplicación y demás cuidados que requiere Elías, y teme que la condición de su pequeño se deteriore.
Comenta que en enero, Elías presentó una severa infección, la cual requería de unas plaquetas, mismas que pese a la urgencia, le fueron entregadas días después.
Entonces, dichos detalles, preocupan aún más a los padres del pequeño, pese a que la jefa de enfermeras, les haya planteado que contará con el equipo y la atención necesaria, pero en casa.
Mientras tanto, Sandra asegura que seguirá luchando por el bienestar de su pequeño, aun y cuando esto represente el sacrificar su tiempo con su otra pequeña de tan sólo cuatro años de edad, la cual desde su nacimiento, se encuentra bajo los cuidados de su abuela materna.
