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El gobernador de Lagos

DIEGO PETERSEN FARAH

El Alcalde de Lagos y otras consejas, de Alfonso de Alba (Editado originalmente por la Universidad de Guadalajara en 1957)* narra las anécdotas de un imaginario alcalde de Lagos de Moreno, Jalisco (hoy estado por decreto presidencial) que tenía la particularidad de mandar las cosas más absurdas, así como decir y escribir burradas fenomenales. Don Alfonso, originario de esa región, compiló y escribió magistralmente esas anécdotas.

Al alcalde de Lagos se le atribuyen frases célebres como la de "Este puente se hizo en Lagos y se pasa por arriba", porque, dio la casualidad que el alcalde construyó el puente, pero cobraba peaje (es el primer antecedente conocido de lo que hoy es Capufe). En otra ocasión emitió un bando solemne que ordenaba: "el que tenga puercos que los amarre el que no, que no". El objeto no era, como ese pensó en un principio, que los puercos no pastaran en el pueblo, sino que nadie amarrara, y robara, puercos ajenos. Igualmente, ante la aparición de un nopal en la torre de la parroquia, mandó construir una rampa... por donde subió a una vaca para que se comiera el tierno cactus. Y lo mejor, sin duda, fue cuando, ante la aparición de un bache en pleno centro, frente al Palacio, ordenó que lo sacaran, abriendo un hoyo para tapar el bache, luego otro más lejos, para tapar del hoyo anterior y así sucesivamente hasta sacar el bache lejos, muy lejos del pueblo.

Que las pifias de Peña Nieto se hayan dado justo en Lagos de Moreno, y que haya sido él quién haya convertido a este municipio en estado es más que significativo. Desde que Carlos Salinas quiso convertir a Lagos en santuario familiar con aeropuerto (mandó a hacer unos vitrales, para la misma iglesia a la que subieron la vaca, en los que aparecían don Carlos y doña Cecilia Occeli al mismo nivel que la Virgen y San José y una pista de aterrizaje tamaño avión presidencial) nadie se había vuelto a acordar de Lagos de Moreno, la tierra del primer político ocurrente y dicharachero.

Algo anda mal en el equipo de imagen del Presidente. En el afán de acercarlo a la gente lo han puesto a improvisar discursos para que parezca alguien cercano y lo que han logrado es exhibirlo. Cuando le preguntaron qué había pasado en aquella fatídica rueda de prensa de la FIL 2011, Peña dijo que se había relajado y no había preparado la rueda de prensa, pero que no se repetiría jamás. Esta visión pinta al presidente de cuerpo entero: no es bueno para improvisar y el riesgo dislates es altísimo (de hecho con la nueva política de comunicación e imagen son cada vez más seguido). No es un problema de si le hacen más o menos chistes que a Echeverría o si ya superó a Fox en la cantidad de frases desafortunadas, es la institución presidencial lo que está en juego: Peña es presidente de México, no gobernador de Lagos.

* Para los interesados, hay una edición reciente de El Alcalde de Lagos y otras consejas fue por el Colegio de Jalisco aún en circulación, y diferentes blogs de Internet han publicado los textos de Don Alfonso. Su lectura es diversión segura para este puente.

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