Los esquimales viven en iglús, esas simpáticas casitas hechas de hielo que parecen como medias naranjas; Nerón mandó quemar Roma para inspirarse tocando la lira; los camellos llevan agua en sus jorobas "para cuando se ofrezca"… Hay una serie de hechos como éstos que a nadie se le ocurre cuestionar porque son cosas "que todo mundo sabe".
Pues fíjese que sí, pero fíjese que no. Los esquimales casi nunca viven en iglús. Es más, muchos de ellos se mueren de viejitos sin haber nunca visto "en persona" un iglú. La palabra "iglú" pertenece al lenguaje de los esquimales. El origen de la palabra "esquimal" es incierto, aunque hay una versión que dice que proviene de eskameege, un vocablo aborigen que se refiere "al que come pescado crudo".
Cuando se incendió Roma, Nerón andaba paseando en una villa costera y hasta después se enteró. Las jorobas del camello están llenas, pero no de agua, sino de grasa y otras sustancias que el animalito necesita para subsistir.
Así como ésas, hay muchas creencias populares que nunca dudamos, pero que sí deberíamos dudar porque no son ciertas. Por ejemplo, cuando se habla de una cigüeña, no podemos dejar de relacionarla con el tierno nacimiento de los bebés, aún cuando ya sepa uno "la verdadera verdad" acerca de cómo nacen los chamacos.
De todas maneras, es lógico pensar que la cigüeña en la realidad es una ave muy cuidadosa y cariñosa con sus polluelos, pero no, para nada. Cuando tiene a sus polluelos, la méndiga cigüeña madre pone cara de fastidio y ahí les deja la comida para que le llegue el que pueda y la consecuencia es que se la agandayan los cigüeñitos más abusadillos, quienes se avorazan sobre el alimento y dejan a sus hermanos más débiles sin comer, cosa que a la madre cigüeña le vale ídem (le vale madre). Finalmente, los cigüeñitos débiles se mueren y la madre desnaturalizada los echa del nido para que se los coman otros pájaros.
Thomas Alva Edison, que se aventó mil 300 inventos, era muy mal alumno en la escuela. Tanto que sólo duró estudiando unos cuantos meses, hasta que su mamá (la mamá de Thomas) lo sacó de la escuela y le dijo: mejor te voy a dar yo clases privadas porque con esas calificaciones que sacas, se me cae la cara de vergüenza.
Hay muchas cosas que no son precisamente creencias populares, pero que son hechos insólitos. Lo insólito es algo raro, sorprendente. Sorprende por ejemplo saber que el elefante duerme sólo dos horas, y también que es el único animal que tiene cuatro rodillas. Las mariposas tienen el sentido del gusto en las patas… (Tengo una comadre que también, a como se arregla ella, se ve que tiene el gusto en las extremidades inferiores).
El líder ruso Lenin en realidad se llamaba Vladimir Ilych Ulianov. O sea que Lenin era un pseudónimo, pero no era el único; dicen que este señor tenía más de 150 pseudónimos, o sea, nombres falsos y que los usaba todos, aunque Lenin fue el más conocido. Dicen que el padre de Ninel Conde era "fan" de Lenin y por eso le puso a su niña el nombre del prócer ruso al revés.
¿Ha visto usted alguna vez una estrella fugaz? ¿Sí? Pues no, no puede haberla visto por la sencilla razón de que no existen las estrellas fugaces. Así se les llama a esos cuerpos celestes, pero en realidad no son estrellas, son meteoros. Fugaz es algo que se va y desaparece rápidamente y un meteoro es un fenómeno atmosférico.
Todos éstos y muchos más son hechos insólitos, que en todo momento nos dan pie para una sabrosa conversación.
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
¿De dónde proviene la palabra bolear, haciendo referencia a la limpieza del calzado, o cómo se empezó a llamar así al acto de asear el calzado?
RESPUESTA:
Antiguamente, el aseo del calzado se hacía aplicando el betún con una bola de algodón, por eso se decía "darle bola a los zapatos" y luego "bolearlos".
Frase aparentemente contradictoria para terminar: Lo único consistente en el hombre es la inconsistencia. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
